Ayer inició de manera confusa el regreso a la llamada nueva normalidad en Puebla.
Confuso puede ser un término que se quede muy corto respecto a lo que vemos, escuchamos y leemos los habitantes de nuestro estado.
La descoordinación entre los niveles de gobierno, lo contradictorio entre lo que dicen y hacen nuestras autoridades en general y lo poco que sabemos de la realidad de la pandemia en México han creado un caos muy grave.
Es un hecho, muy difícil de negar, que ser autoridad en estos tiempos del Covid-19 debe ser sumamente complicado. Encontrar un sano equilibrio entre la sobrevivencia sanitaria y la sobrevivencia económica no es simple de alcanzar, si es que es posible.
Para quienes tenemos el privilegio de poder afrontar la pandemia encerrados con consecuencias, en algunos casos preocupantes sobre todo en lo económico, pero que no ponen en riesgo nuestra vida ni la de nuestros seres queridos, de pronto nos cuesta trabajo entender la forma de enfrentar la crisis de aquellos que viven día a día o que no lo ven de la misma forma que nosotros.
Lo que es un hecho, es que a partir de ahora, si no es que desde un principio, nos toca actuar a nosotros, hacernos responsables y tomar el toro por los cuernos.
No podemos depender de multas y castigos. La economía ha empezado a reactivarse y las medidas de seguridad higiénica deben depender básicamente de la sociedad, no de las autoridades.
Ahora nos toca a nosotros asumir el poder, y ya no digo el político que lo tenemos consagrado en la Constitución, sino el poder cotidiano de actuar, de ser responsables, de tomar el mando y llevar a los más posibles, a buen puerto en el tema sanitario.
¿De qué se trata? De tomar medidas no simuladas, no para evitar la multa o el castigo, sino para cuidar de mí y de mis cercanos.
Por poner un ejemplo, si eres restaurantero y te urge recuperar un poco de las pérdidas de estos meses, no simules la sana distancia ni los protocolos de higiene, hazlos en realidad. Y si eres comensal de ese lugar y te das cuenta de algo así, ve a otro y no seas cómplice de la irresponsabilidad. No nos escudemos en que la autoridad los tiene que clausurar, en que no es nuestra culpa.
Por muy diversas razones nos hemos acostumbrado a una forma de pensar paradójica. Por un lado queremos que el gobierno lleve las riendas, dicte normas y promueva castigo a quienes incumplen ; por el otro, nos rebelamos ante esas normas, buscamos cómo transgredirlas y si vemos que alguien más no las cumple, es culpa de la autoridad por no ejercer su mandato. Ah, pero si soy yo el afectado: el gobierno es autoritario, corrupto y abusa de nosotros.
Ante la incongruencia de las autoridades, es un buen momento para asumir la responsabilidad que nos corresponde y dejar de culpar de todo al gobierno en turno. Hagamos uso del mandato del artículo 39 de nuestra carta magna y asumamos que el poder reside siempre en nosotros.
Habrá que ser responsables y aprender a usarlo para bien de todos.
En corto
1.- La polarización que se siente en el ambiente y las declaraciones de autoridades y oposición en los últimos días nos hacen pensar en un proceso electoral muy virulento y complejo.
2.- Pase lo que pase, el Covid-19 estará presente en la boleta electoral del 6 de junio de 2021.
3.- ¿Las caravanas de automóviles se dejaran sentir en lo electoral, o una vez más serán llamarada de petate?