Hablar hoy de una mujer empoderada podría parecer normal o al menos algo común, pero en 1980, cuando Amy Camacho contaba con 17 años, era algo extraordinario.

A sus 13 años, tras la muerte de su padre, Amy decidió que continuaría con el sueño del capitán Carlos Camacho y esa determinación la mantuvo incluso cuatro años más tarde cuando su madre, Louise Wardle, también falleció.

Amy era la mayor de los ocho hijos de la familia, sin embargo ante la ley era menor de edad. Esa vulnerabilidad llevó a hombres del poder a pensar en arrebatarle el parque de conservación animal.

Familiares muy cercanos al presidente José López Portillo utilizaron al IMSS para tratar de apropiarse del espacio y los animales que ya vivían en Valsequillo, a través de argucias legales como el embargo.

A Amy no le faltó valor, decidió que retendrían y defenderían el legado de sus padres, así que buscó al periodista Enrique Montero y le pidió ayuda. En esos años, Montero era el rey del rating, excelente gestor y contaba con las relaciones necesarias para garantizarle a la joven que ella y sus hermanos conservarían a los animales y el parque.

Así fue.

Quedarse con lo que les pertenecía también representó todo un reto porque había que administrar desde el pago de salarios hasta la compra de alimentos para la infinidad de especies que habitaban Africam. El trabajo fue arduo.

Lo que sigue en la historia son capítulos de éxito, Amy trabajó incansablemente no sólo para que sus hermanos pudieran crecer, sino también para que el parque fuera sustentable económicamente. Mucho del turismo poblano, llegaba exclusivamente a conocer el zoológico más grande de Latinoamérica.

Y con el paso de los años, Carlos y Gregory, expandieron el proyecto. El rescate de los elefantes africanos y la apertura de otro gran parque en Chile son parte de las acciones que han mantenido a Africam Safari en las portadas del mundo.

A la hija del capitán los temas políticos no le eran ajenos, más de una ocasión se le invitó a ser candidata a la presidencia municipal de Puebla, con amplías posibilidades de ganar, pero ella siempre declinó las ofertas.

La única vez que aceptó fue cuando Rafael Moreno Valle la invitó a ser secretaria de Sustentabilidad Ambiental y Ordenamiento Territorial, una experiencia que sin duda no fue del todo grata para la mujer que prefería rodearse de leones y tigres.

El activismo de Amy Camacho también sentó las bases para proyectos de recuperación de aguas dulces como el rescate del Río Atoyac.

Por eso y por muchas cosas más Amy Louise Camacho Wardle se robó el corazón de los poblanos.

AMLO y sus necedades

A nivel mundial hay normas que permiten identificar el contenido de los tubos sin tener que perforarlos. El color azul, por obvias razones, representa a los cilindros que transportan el agua potable.

Pero a López Obrador todo lo que tenga color azul, como el PAN, le causa escozor. Es tal su atrevimiento, que solicitó que los tubos de un acueducto en Baja California fueran pintados de otro tono que no fuera el azul.

Ni tardo ni perezoso, el gobernador Jaime Bonilla se apresuró a cumplirle el capricho y violando normas internacionales ordenó que los conductores del acueducto se pintaran de café.

Así las cosas con un presidente que insiste en la postura radical de estás conmigo o en mi contra y que nunca ha dejado de estar en campaña.

¿El adiós a las energías limpias?

Estando el escenario económico tan complicado como ya se advierte, México debería pugnar por atraer la mayor cantidad de inversión extranjera o al menos eso sería lo lógico, pero como Andrés Manuel siempre tiene otros datos no midió la gravedad de sus acciones al declararle la guerra a las energías limpias.

La empresa Iberdrola canceló una inversión de mil 200 millones de dólares para la construcción de una central eléctrica en Tuxpan, Veracruz. Con ello dejó de generar hasta 2 mil empleos en la región.

López Obrador olvida que sus berrinches y manotazos causan tsunamis en las economías locales, daños al pueblo bueno, que desde los balcones de Palacio Nacional, no se logran ver.

En medio de este atentado, Puebla podría convertirse en un oasis para la española. Es claro que el gobernador Miguel Barbosa, la secretaria de economía, Olivia Salomón y el director de la Agencia de Energía, Rodrigo Osorio, están haciendo la tarea. La ratificación de la inversión por 235 millones de dólares para concluir la central fotovoltaica en el municipio de Cuyoaco, dan muestra de ello.