En nuestra publicación de ayer lunes, el grupo editorial Intolerancia amaneció con un anuncio del que nos sentimos orgullosos de formar parte esencial: el lanzamiento de la plataforma llamada Politipedia.

Politipedia es una empresa independiente y hermana de Intolerancia Diario, la cual, después de meses de trabajo arrojó como resultado, una simbiosis vanguardista que conjunta en un solo producto, la información, los datos y la tecnología.

Al anunciar a Politipedia como la plataforma de conocimiento político más grande de México, créanme que no alardeamos.

Cimentado en las tecnologías más innovadoras, Politipedia será el catalizador político de México a través de distintas herramientas y soluciones tecnológicas nunca antes utilizadas en una plataforma digital.

Como parte de una alianza estratégica, desde este momento, Politipedia alimenta a través de una plataforma respaldada en última tecnología; la información a detalle de cada uno de los personajes y organismos políticos de Puebla y México disponible en nuestro sitio web.

Respaldados en la tecnología de Politipedia, los perfiles dentro de Intolerancia Diario cuentan con un botón para sugerir alguna edición, la cual llegará al equipo de verificación de datos para ser analizada, confirmada y publicada. De la misma manera, se habilitó una página única donde personajes o instituciones podrán llenar un formulario para solicitar su inclusión.

Pero eso es solo uno de los diferentes productos que Politipedia ofrecerá al usuario, los cuales se van a conocer de manera paulatina en el corto tiempo. El grupo de trabajo que conforma Politipedia ya se encuentra puliendo novedosas herramientas que se convertirán en un referente obligado para el proceso electoral de 2021.

De esta forma, el Grupo Editorial Intolerancia se sigue reinventando día a día para cumplir con nuestro compromiso permanente con nuestros lectores.

¿Con los niños no?

Uno de los programas del morenovallismo más publicitados fue el que agilizó los trámites para adoptar a niñas, niños y menores.

Ahora el diputado morenista Fernando Jara Vargas pretende modificar la Ley de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes del Estado para, entre otras cosas, realizar tres padrones o bases de datos de grupos vulnerables: los menores que buscan un hogar, los nombres de quienes desean adoptar y los datos de quienes ya lograron una adopción.

Estos y otros datos, como edades de los menores y razones por las cuales fueron separados de sus cuidadores originales, estarán, señala la propuesta, a disposición de cualquier ciudadano, en aras de la transparencia.

El tema es por demás sensible.

Si bien la idea es evitar el tráfico de menores, dígame usted qué pasará cuando la bases de datos sensibles o esa información confidencial se “traspapele” y salga de las oficinas de gobierno.

Por alguna razón, en todo el país y en muchos países del mundo, a los menores difícilmente se les permite acceder a la información de sus cuidadores antes de la adopción, tanto así que algunas personas llegan a la edad adulta sin saber que son hijos adoptivos o quiénes fueron sus padres biológicos.

Aunque desconozco por qué razón se ocultan estos datos, me parece importante señalar que la iniciativa, que suena a revancha o venganza, debe ser revisada con lupa, incluso atender cada coma que se incluya o retire.

Si bien es perfectible, como cualquiera, estamos hablando de legislar sobre el destino de niñas, niños, menores y hasta familias enteras. No es una cosa menor.

En conclusión, bajo el cobarde cobijo de los niños, yo definiría este acto legislativo como un auténtico infanticidio político. Ni más ni menos.