Los poblanos han comprendido que entre más comorbilidades tengan, más urgente es ir a un hospital en caso de presentar los síntomas de Covid y eso es bueno, lo malo es que nuestro sistema de salud sí es finito y el número de camas e insumos médicos también.

Desde el interior del Hospital General de Cholula nos revelaron datos de lo vivido por enfermeros y doctoras en las últimas horas, son cifras y situaciones que prenden las alarmas.

A inicios de esta semana, durante un turno de la madrugada y en uno de los pisos del hospital Covid, se contabilizaron 26 encamados, todos requirieron oxígeno.

Seis de estos enfermos tuvieron que ser conectados a ventiladores para mantenerlos con vida. A pesar de ello, el diagnóstico para ocho de los 26 internados, era muy reservado, literalmente se debatían entre la vida y la muerte.

En el piso lleno, dos pacientes resultaron negativos al Covid, aunque tuvieron que permanecer encamados por otras complicaciones pulmonares. Otros 10 usuarios sí respondían al tratamiento pero aún deberán permanecer dentro del nosocomio varios días más.

Esa noche, el carrito de las desgracias, ese rojo que vemos en las series de televisión y las películas, tuvo que ser utilizado algunas veces para reanimar a un par de enfermos. Los médicos, las enfermeras y en general todo el personal que labora en el Hospital Covid están cansados y comienzan a desesperarse porque no ven que la pandemia ceda en Puebla.

No podemos negar que el gobierno de Miguel Barbosa está poniendo de su parte, promueve campañas para el lavado de manos, para el uso de cubrebocas y pese al coste político ha preferido postergar el regreso a las actividades económicas.

 

Aunque Puebla comienza a presentar menores cifras de contagios y muertos, los hospitales ya se encuentran ocupados y el personal médico, que ha demostrado su entrega y profesionalismo, presenta el síndrome Burnout, ese estrés laboral que mezcla un estado de agotamiento físico, emocional y mental.

Y mientras los médicos libran las peores batallas, muchos poblanos inconscientes continúan sin usar el cubrebocas “porque me cuesta trabajo respirar” o exponiéndose en fiestas y reuniones “porque están aburridos”.

¿Qué se debiera hacer para que entiendan que “Quédate en casa” más que una frase de moda, es una manera de romper las cadenas de contagios?

Familiares agradecidos

La pandemia también afloró buenos gestos. Existen familiares que reconocen el trabajo y la ardua labor de los héroes que hoy visten batas blancas, verdes y azules.

Han sido estos familiares quienes por voluntad y tratando de compensar en algo el esfuerzo de médicos, camilleros, químicos, enfermeras, administrativos y personal de intendencia, regalan al personal sanitario lunch en bolsas de papel a las que les colocan mensajes de aliento o agradecimiento. Sin duda un gran gesto.

Todo suma

Además de los familiares, otras médicas, empresarias y activistas también trabajan para llevarles alimentos balanceados al personal que atiende a los pacientes Covid.

Si usted gusta y puede ayudar, una opción es la donación física de productos como arroz, fríjol, lenteja, garbanzo, aceite y pasta, en Manjar Gourmet, ubicado en Plaza Bosques de Zavaleta local 17 o si lo prefiere puede colaborar con aportaciones monetarias para comprar verdura, proteínas y fruta fresca en la cuenta 6497922140 de HSBC.

Si está en sus manos y en su corazón hágalo y recuerde que todo suma.