Víctor Antonio Carrancá Bourget, el fiscal general del estado, durante la administración de Rafael Moreno Valle como gobernador de Puebla, que se atrevió en comparar la cabeza de un marrano con un niño de 13 años de edad, José Luis Tlehuatie Tamayo, para justificar su muerte a manos de un policía del estado que le disparó un proyectil de gas lacrimógeno, a partir de este día está sentado en el banquillo de los acusados.

Le siguen en el mismo banco Facundo Rosas Rosas, quien en esa misma administración fue secretario de Seguridad Pública del Estado, pero quien ya debe de estar acostumbrado a que sea investigado y el tercero es Juan Pablo Piña, ex consejero jurídico del mismo tristemente célebre ex gobernador.

Los tres están acusados de manera formal, con Carpeta de Investigación y todo por la muerte del niño de 13 años, ocurrido en julio del 2014, ocurrida en San Bernardino Chalchihuapan, tras un violento desalojo de manifestantes en la Vía Atlixcáyotl.

Estos tres personajes de una de las administraciones de gobierno más oscuras de Puebla, tendrán que presentarse a declarar con relación a la muerte violenta de un niño, que fue atacado por Policías del Estado, que llevaban la orden de liberar una vialidad a costa de lo que fuera y atacaron a hombres, mujeres y niños.

Víctor Antonio Carrancá Bourget, deberá de explicar porque encubrió a los responsables de un homicidio calificado, con premeditación, alevosía y ventaja, además de utilizar los recursos del gobierno del estado, para fortalecer una mentira, sin dejar de mencionar que la cabeza de cerdo que expuso en una de sus conferencias para compararlas con un niño, es el peor insulto que un funcionario público ha perpetrado.

A Facundo Rosas le va a tocar explicar porque ordenó un desalojo con toda la violencia posible, además de haber protegido a los responsables y puede ser que en esta ocasión le falle la suerte y termine por escribirse desde alguna red con su ex jefe Genaro García Luna, de penal a penal.

 

Juan Pablo Piña, también tuvo su participación en todo este abuso y al igual que los primeros se le olvidó que el que pide paga, para eso son las facturas.

No es difícil adivinar que alguno de estos tres personajes, incluso, los tres podrían conocer desde el interior las instalaciones del Centro de Reinserción Social de Puebla, porque es en esta administración donde el pago de facturas está de moda.

En Puebla de nuevo se va a vivir toda la historia de abuso policíaco, que dejó como saldo un menor ejecutado.

Y le comenté que otros personajes que participaron en este crimen, aún siguen trabajando en el gobierno de Puebla.

Nos vemos cuando nos veamos.