Con la contingencia derivada de la pandemia por covid-19, la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCA), ha aumentado gravemente su rezago en casos por resolver.
En 2019 se habla de más de 40 mil expedientes.
Ahora se podría multiplicar al doble.
Supuestamente Mario Arturo Daza Buendía, llegó a la presidencia del organismo defensor de los derechos laborales, para frenar ese rezago.
Ahora excusa que se le atravesó la pandemia.
Pero lo cierto es que desde que llegó al cargo en 2019 la JLCA sólo resolvió el 11 por ciento de los casos acumulados, o sea poco más de 4 mil.
Quedaron pendientes más de 33 mil asuntos en trámite tan solo en ese año, equivalente al 89 por ciento.
Incluso si en este 2020 no hubieran ingresado más demandas, se necesitarían 7.75 años para terminar con el rezago.
El argumento es que JLCA cuenta con una plantilla de 78 trabajadores, incluyendo al presidente, Mario Daza Buendía.
Ahora dice que la falta de personal ha impedido dar solución a todas las demandas, al ingresar hasta antes de la pandemia un promedio 391 al mes por conflictos individuales y 136 por colectivos.
A su llegada garantizó que antes de que se cumpliera el primer año del gobierno de Luis Miguel Barbosa Huerta, habría una mejora sustancial en la operación de la JLCA.
Decía que tenía toda la experiencia, al haber ocupado cargo durante el sexenio del gobernador Manuel Bartlett Díaz.
La realidad fue otra.
Lo cierto es que a seis meses de que inició la contingencia, al cerrarse las instalaciones, Daza Buendía, literalmente aprovechó para estarse en unas buenas vacaciones.
A diferencia de otros organismos, no buscó medidas alternativas para la justicia laboral.
Y eso que crecieron los problemas debido a misma contingencia ante la masiva pérdida de empleos.
Pero para Daza Buendía no existían, estaban de vacaciones.
Solo se atienden quejas por goteo y hasta 5 personas por día, lo que obviamente es nada al mar de problemas que existen.
Incluso la Secretaría de Trabajo estatal al ver que estaba cerrada y no se hacía nada para atender los problemas laborales, tuvieron que habilitar un teléfono en el cual se dio atención a la gente.
De acuerdo a boletines de la dependencia estatal, se realizaron video-audiencias con grupos sindicales atendidos y realizaron reuniones con empleadores.
Como quien dice, le hicieron pate de la chamba, mientras la JLCA se durmió en sus laureles
En septiembre de 2019, Mario Arturo Daza sustituyó en el cargo a la abogada Ivonne Flores Zárate, quien estaba como encargada de despacho.
Llegada a pandemia, auguró que al concluir la contingencia por el COVID-19, contemplan un acumulado de procesos legales ante la violación de los derechos de los trabajadores.
Lo malo es que no hizo nada para evitarlo.