Las denuncias penales en contra de José Juan Espinosa son uno más de los actos que se presentan en el circo, que se ha convertido la política en México y en Puebla.

Al margen de que las investigaciones resuelvan si el exalcalde desvió, robó o se enriqueció ilícitamente, lo cierto es que tanto la forma –que es fondo- como la respuesta del aún diputado local, resultan una reverenda payasada.

Vayamos por partes.

Desde la semana pasada, la Auditoría Superior del Estado implementó la política de ventilar las investigaciones a través de hilos de tuits, o mejor dicho, de informar a los enemigos políticos del régimen actual, que ya fueron presentadas denuncias en su contra en la Fiscalía General del Estado.

Esta vez, el objetivo respondió con la misma técnica, un round de sombras.

 

Desde un espacio acondicionado, Espinosa Torres salió golpeando un costal, en lo que dijo, era su entrenamiento matutino, algunos golpes de box y un par de guantes para completar el circo, se sumaron a las fuertes declaraciones: “No estoy ni mudo ni manco ni cojo”.

El espectáculo es uno más de los que cada día nos regala la 4T. Desde AMLO y Noroña, hasta legisladoras como Citlalli Hernández o Nayeli Salvatori quien indiscriminadamente usa sus redes sociales para hacer coreografías, explicarnos que nos empinaron con un nuevo impuesto o simplemente para pedir que no la fustiguemos.

La Cuarta Transformación ha superado las frases de Vicente Fox y su clásico ¿Y yo por qué? con tuits en donde abiertamente se lavan las manos y dicen que no ayudarán a niños con cáncer porque no son médicas.

También ha superado la violencia generada por la guerra contra el narcotráfico iniciada por Felipe Calderón con risas burlonas en cadena nacional ante la numeralia de las masacres que el Reforma publicó a ocho columnas.

Incluso rebasaron a Peña Nieto quien un día se confundía con los minutos de espera y en otro se le caía la banda presidencial.

A diferencia de aquellos sexenios donde los traspiés se miraban con asombro cada mes, ahora la 4T nos mantiene bastante entretenidos pues ha convertido la política en un show cuyo acto se supera cada dos horas.

Mil 500 millones a la basura

Al parecer AMLO no entendió que “la justicia no se consulta” ni porque fue tendencia en redes. Anoche, el INE informó que ya tienen una idea de cuánto se van a gastar, para que a lo ancho y largo del país, se les pregunte a los mexicanos si se debe o no aplicar la ley.

Además del Frankenstein que resultó por pregunta y de la ambigüedad en la que cabe hasta el propio presidente, el capricho del tlatoani terminará por costarnos más de mil 499 millones de pesos.

El despilfarro es una mentada de madre para todos los mexicanos, para aquellos que están esperando un medicamento, para quienes perdieron el empleo porque lo importante es salvar a las paraestatales aunque no sean redituables, para quienes entierran a un familiar víctima de la Covid y una pandemia que no se ha sabido manejar… en sí, para todos, bueno, para los chairos no, esos siguen felices con sus becas y seguro sabrán justificar, con algún nuevo show, que se despilfarren todos esos millones de pesos, justo en el año en que México enfrentará la peor crisis económica de su historia moderna.