Y va de nuevo.

Comerciantes de Fuerza 2000 de Federico López, El Fede, marcharon de nuevo por las calles de Puebla, con una sola petición, que además es válida, que les permitan regresar a la tranquilidad, que se acaben las amenazas en su contra, que se termine el hostigamiento.

Desde principios del mes de noviembre los comerciantes informales iniciaron su calvario, cuando hombres armados, que se dicen de inteligencia policial, además de pandilleros, llegaron a sus puestos y les informaron que tenían que pagarles para que los dejaran trabajar.

Por alguna razón que un servidor y usted desconocemos, a alguien se le ocurrió que Martín Juárez, líder de un grupo de comerciantes de la organización 11 de Marzo, debería mandar en las calles del centro histórico y le dieron todo el apoyo para hacerlo, desde personal de choque, hasta protección del gobierno.

Federico López, el líder de la Federación 2000, fue el primero de los que tendría que ser sacrificado para que el mando total de Martín Juárez se hiciera realidad, pero no podían ejecutarlo, como estila el crimen organizado, por dos razones, la primera porque los comerciantes que representa lo iban a defender y la segunda no querían que se calentara la plaza.

Entonces se les ocurrió acusarlo de delitos graves, para poder meterlo preso y de entrada uno de los colaboradores cercanos de este líder. Héctor (a) El Motor fue detenido para demostrar los alcances que tienen y tras una breve negociación lo dejaron libre.

Los hombres armados, los pandilleros y Martín Juárez se han encargado de convertir el centro de la ciudad de Puebla en uno de los sectores más inseguros, donde en cualquier momento puede haber disparos, persecuciones y amenazas.

La ambición de Martín Juárez y de su séquito, les importa más que la seguridad de los poblanos.

Han creado en pleno corazón de Puebla un ambiente criminal como el que afecta actualmente a la Ciudad de México, con el Cartel Unión y otros grupos criminales.

Martín Juárez ha sido señalado por sexoservidoras de cobrarles piso, comerciantes lo han acusado de extorsión, no falta que dice que protege a grupos de delincuentes como El Margaro o su hijo El Caníbal.

Otros más dicen que Martín Juárez no es en realidad quien pretende atraer todo tipo de deficiencia al centro histórico de Puebla, sino que es sólo un títere y que tras él se encuentra un capo sediento de poder y sin escrúpulos.

Y esta invasión no tiene para cuando parar.

Nos vemos cuando nos veamos.