Irrelevante, dice el diccionario que es aquello que tiene poca o ninguna importancia, que es mínimo o insignificante.

Intrascendente, que es aquello que no trasciende, ligero, sin importancia.

Estos dos conceptos fueron los usados por el Subsecretario de Salud Gatell, para referirse en dos momentos diferentes a los casos de Coronavirus (Covid19) en México.

El primero cuando al presentar cada noche los números del llamado “Modelo Centinela” iniciaron los reclamos de los expertos que consideraban se estaba subestimando las cifras, fue entonces cuando usó el concepto para señalar que el número de casos -que él mismo cada noche decía- eran “irrelevantes”, que lo importante era evitar que se saturaran los hospitales. Justo aquí nace el “semáforo epidemiológico”.

Durante seis meses, toda la gama de colores ha sido usada por el Subsecretario como un mecanismo para medir el nivel de riesgos en el país, pero hace dos días, cuando los datos obligarían a declarar el semáforo en rojo, para la ciudad de México y otros estados; la misma persona afirma ahora que el color es “intrascendente” que lo único que importa es la emergencia.

Tantos cambios en los mensajes emitidos, sin un orden, con muy poca y muchas veces nula responsabilidad, ha sumado a la polarización en que han colocado al país.

Esa polarización justo se advierte en la respuesta ciudadana, en la que un sector de la población, se auto cuida, usa cubre bocas, considera tomar en cuenta las recomendaciones, y otro sector amplio del país no lo considera así, cuántas veces hemos escuchado a pregunta expresa la respuesta de que si el Presidente de la República no usa cubre bocas, sigue en sus recorridos -de campaña- y no se enferma, es porque no es verdad esta enfermedad, porque hasta sus funcionarios públicos cuando están con él tampoco lo usan.

Mensajes contradictorios, en los que ni siquiera los miles de mexicanos/as que han fallecido han logrado que corrijan el manejo de la pandemia en México que nos tiene en el cuarto lugar mundial con más muertes por Covid19 y a esta enfermedad respiratoria, como la primera causa de muerte en los mexicanos/as.

Dicen los expertos en liderazgo “La palabra atrae, el ejemplo jala y la acción empuja”

Tal vez esto le ha faltado al Ejecutivo Federal, al Subsecretario de Salud, al gobierno federal en su conjunto y a muchos gobiernos estatales y municipales.