Pese a las medidas de restricción al comercio informal en el Centro Histórico, por la pandemia del Coronavirus, donde la indicación del Gobierno del Estado es no salir, a los comerciantes informales ya les dijeron que deberán de pagar una nueva cuota por trabajar sin ser molestados; los líderes de estos comerciantes ambulantes son los primeros advertidos.
Ya les dijeron a los líderes que en las calles del Primer Cuadro de la ciudad pueden hacer lo que se les antoje, desde la venta de drogas, armas, objetos robados, hasta la prostitución e, incluso, los asaltos.
Sólo tienen que pagar piso, es decir, entregar una considerable suma de dinero a sujetos que presumen ser de Inteligencia de la Policía Estatal y quienes pretenden controlar el comercio ambulante, que aseguran les va a dejar ganancias inimaginables.
Y para quienes se nieguen a entrarle, ya les dijeron que los van a detener, los van a cargar de droga o de armas y los van a presentar como los delincuentes más peligrosos, los que tienen anotados en un Atlas Delictivo.
Y entonces otro nuevo enemigo acecha al comercio informal, ahora no solo el crimen organizado, también la Policía; o por lo menos los que presumen que lo son y que tienen una larga cola que les pisen.
Pero no crea el lector que los comerciantes van a ceder, no tardan en responder en defensa de su derecho de trabajar, de comer.
Muchos han sido los que han intentado controlar un monstruo como el comercio informal, ninguno ha podido.
Le recomiendo al lector esperar a la respuesta de los comerciantes, no tarda.
Un fiscal abusivo en la Sierra Norte
Se llama Jesús Hernández, es el Fiscal a cargo de la zona de Huauchinango, que abarca varios municipios de la Sierra Norte del Estado.
Le aseguro que no se trata de una eminencia en las investigaciones; fue recomendado al cargo por su compadre Jaime Huerta, cuando este podía recomendar, porque ya cayó de la gracia del Fiscal General, Gilberto Higuera Bernal, y fue degradado a la Coordinación de Protección a Víctimas.
De Jesús Hernández, los señalamiento son los mismos que contra Jaime Huerta, que van desde el abuso de autoridad, la corrupción, además de lentitud en las investigaciones, en las entregas de vehículos e incluso de inmuebles.
Nuestro personaje, de acuerdo a quejas, se aprovecha porque está designado en una zona donde, por la lejanía, puede hacer lo que quiera, incluso tomarse ligerezas con su personal femenino, igual que su compadre degradado.
Pero el Fiscal tiene a sus consentidos, con quienes comparte desde el pan hasta las tranzas, y se trata de Guadalupe Hernández Tlatelpa, a quien conoció en Tehuacán, y nada más le dieron el nombramiento y de inmediato se la llevó.
Se trata de un servidor público con malas credenciales y peores resultados, como la investigación del asunto de las bebidas adulteradas que dejaron saldos de muchos muertos y otros con ceguera e incluso derrame cerebral.
De la investigación que le fue asignada, el resultado fue muy pobre, sólo el aseguramiento de bodegas, ubicadas en Chiconcuautla, pero ni un solo detenido y tampoco fue aclarado el caso; este ya fue olvidado.
Hasta se le olvidó regresar los inmuebles que aseguró, donde no pudo probar la existencia de delito alguno.
Malo, muy malo.
Nos vemos cuando nos veamos.