El filósofo británico Roger Scrutonexplica que las cosas buenas nos llegan como patrimonio común: paz, libertad, civismo, derecho, espacio público, la seguridad de la propiedad y la vida familiar.

Carecemos de los medios para alcanzarlas por nuestra cuenta propia, así que dependemos de la cooperación con los demás.  

Los gobiernos totalitarios tienen el deseo de controlar a la sociedad, lo que implica el desprecio por la libertad humana y un atentado contra la cooperación que es fuente del patrimonio común. 

Los ciudadanos estamos sometidos a presión para que ocultemos lo que somos, por miedo a ser excluidos. Y los totalitarios aprovechan lo "políticamente correcto" para atacar la libertad individual.

Esto es lo que está sucediendo en la ciudad de Puebla en donde la alcaldesa está intentando prohibir las corridas de toros.

Paradójicamente, este atentado representa una oportunidad para el fortalecimiento de los valores intrínsecos, la libertad de asociación, el desarrollo de la creatividad y el crecimiento de la sociedad poblana. 

Hegel, en su "Fenemenología del Espíritu", expone cómo la autoconsciencia y la libertad emergen en relaciones de dominación, los conflictos se superan cuando se reconocen los derechos y deberes mutuos y, en este proceso, los individuos alcanzan no sólo libertad de acción, sino sentido de su propio valor y del de los otros.  

Somos criaturas constructoras de hogar, que cooperamos en busca de valores intrínsecos. Para Scruton, la libre asociación no sólo es necesaria porque ningún hombre es una isla, sino porque de la cooperación surgen precisamente esos valores intrínsecos como las relaciones de amor, respeto y responsabilidad

El deseo de controlar nuestros hábitos y prohibir nuestras aficiones aprovechándose de lo políticamente correcto, busca que el Estado absorba a la sociedad civil y someta toda la vida social a una especie de selección ideológica.

Eso pasó en los países que estaban bajo la tutela soviética, en la Alemania Nazi y lo observamos ahora en algunas naciones musulmanas.

El antídoto está en seguir nuestro impulso asociativo y en la creación de asociaciones civiles que no son empresas determinadas por un objetivo, sino lugares de conversación, donde se disfrute del ocio y que no se subordinan a otro propósito que el de su existencia.  

Dicho de otra forma, ante el ataque, los taurinos han salido del armario, se están manifestando en redes sociales y en otros espacios públicos.

La alcaldesa ha logrado que los taurinos nos diéramos cuenta de lo que decía Hegel: la libertad implica una participación activa en el mundo, en asumir riesgos y en atrevernos a superar oposición.

Pero no debemos quedarnos ahí, sino que a partir de esta lucha contra la sinrazón del gobierno de la ciudad de Puebla, se deben crear asociaciones que velen por la tauromaquia y de las que surjan ideas creativas para sacudir a la fiesta mexicana del aletargamiento actual.

Hay en Puebla un antecedente que puede servir de ejemplo. Cuando en 1974 derrumbaron el Toreo de Puebla para construir un supermercado, los miembros de la Asociación Taurina de Puebla A.C. respondieron con agudeza y creatividad.

Como no había plaza para realizar corridas, diseñaron un ciclo de conferencias taurinas que llamaron "Los toros hablados".

Ante una invitación de Héctor Budar, Pepe Alameda dio la conferencia inaugural, y de esa reunión nació el logotipo de los toros hablados que ilustra este artículo. 

Esas conferencias anuales que se han realizado por más de 40 años, han formado taurinamente a muchos aficionados, entre ellos quien esto escribe.

Años después, del seno de la misma Asociación Taurina de Puebla, entonces encabezada por Antonio Moreno Duran, se dio forma e implementó la idea de construir una nueva plaza de toros: "El Relicario".

Esperamos que siguiendo ese ejemplo, los taurinos de la angelópolis no se queden en el hashtag "PueblaEsTaurina", sino que trasciendan.

Que hagan asociaciones libres para defender su derecho al ocio. Que este movimiento hoy en contra de un gobierno tirano, sea génesis de valores intrínsecos, construcción de patrimonio común y de mejora de la sociedad.