En las filas de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) se acabaron las marrullerías.
La llegada de Fernando Fierro Aldana a la dirección de la corporación de agentes investigadores viene acompañada de un paquete de cambios enfilados a fortalecer las áreas de inteligencia, además de investigación.
Los cargos que se avecinan en los mandos de la Agencia Estatal no serán ni por compadrazgo o por compromiso, o simplemente "para no dejar", sino para recuperar lo perdido en las filas de la corporación.
Se trata de ética y experiencia.
No se busca un "súper policía" que sea convenenciero o que maneje la taimería a su beneficio, sino uno que sepa respetar al compañero, apoyarlo y no darle un golpe por la espalda como se ha acostumbrado en los últimos tiempos esta corporación.
Se busca que tenga la experiencia en la investigación, además de la formación policiaca, que es necesaria para intervenciones sin que se registren emboscadas o ataques que dejen saldos desagradables para la procuración de justicia.
Que sea gente que conozca completamente el Estado, los puntos más conflictivos, de alta incidencia delictiva, además de mayor presencia del crimen organizado, que es lo que se requiere para el desmantelamiento de organizaciones criminales.
La no tan sencilla tarea de recuperar la esencia de la policía investigadora tiene que ver con buscar en las mismas filas de la corporación, personal valioso por su conocimiento, ética, además de lealtad al trabajo.
También tiene que ver con despertar a los hábiles investigadores que permanecen en los archivos de la vieja guardia policíaca
La tarea no es sencilla, se trata de erradicar la malilla que cayó sobre la corporación, para dar espacio a una mejor policía investigadora.
¿Quién le entra?
Nos vemos cuando nos veamos