El lector estará de acuerdo con que uno solo de los servidores públicos en Puebla, a cargo del combate al narcomenudeo, que ponga la muestra de cómo se realizan las detenciones y aseguramiento de drogas, de sujetos dedicados a esta felonía, pone el ejemplo.

Un servidor se refiere a la reciente creación de la Fiscalía Especializada en Investigación en Delitos de Alta Incidencia (Feidai), que atiende casos como el narcomenudeo y el robo de vehículos, en todo el Estado.

Quién se encuentra a cargo de tal tarea es Alejandro Mendoza López, con una larga trayectoria en la Fiscalía General de la República (FGR), así como en otros órganos de justicia de estados del norte del país.

Mendoza López de 2017 a 2019 laboró en la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de Tamaulipas como director general de Averiguaciones Previas, coordinador estatal Antisecuestros y encargado del despacho de la Unidad Especializada en Combate al Secuestro y Extorsión, siendo antes Agente del Ministerio Público de la Federación.

Déjeme comentarle que la designación de este Fiscal, ordenada por el Fiscal General Gilberto Higuera Bernal, es el parteaguas de cómo se deben de realizar operativos para aseguramiento de drogas y detenciones de sospechosos, sin que exista la posibilidad de que se realicen acciones al margen de la ley, como es la siembra de pruebas, la tortura y otras felonías más.

El lector se debe haber dado cuenta de los operativos ejecutados y combinados por la Fiscalía General del Estado (FGE), a través de la Feidai, con relación a las redes dedicadas al narcomenudeo. Las retenciones son necesariamente como consecuencia de una investigación de campo y posteriormente ante el cumplimiento de una orden de cateo e incluso de aprehensión, girada por un juez de control.

Lo que garantizan estas detenciones, al margen de los "cantonazos", los "levantones", "los topones", es que se realizan en completo apego a la ley y sin necesidad de que se detone algún arma de fuego ni se pone en riesgo la vida tanto de la persona que va a ser detenida como que la va a detener o incluso de civiles que estén cerca.

Operativos secretos hábilmente planeados, que culminan en toda su mayoría con carpetas de vinculación a proceso de sospechosos, que no pueden argumentar que fueron blanco de un delito inventado.

Consecuencia lógica de estos operativos, los aseguramientos de droga, de vehículos y de armas de fuego, además de propiedades, son más cuantiosos y totalmente reales, porque en esta ocasión los casos se cierran cuando los sospechosos son detenidos "con las manos en la masa".

Nos vemos cuando nos veamos.