Tuvieron que pasar 16 partidos oficiales para que el estadio Cuauhtémoc volviera a abrir sus puertas para un partido oficial. Entre decretos y presiones se dio el tan ansiado regreso donde hubo de todo.
Desde abusos por parte de la directiva con los tenedores de palcos y plateas a quienes se les obligó a pagar la anualidad del 2021-2022 para tener derecho a un partido contra Pumas que ya estaba pagado para quienes ‘ingenuamente’ creímos y apoyamos al equipo durante la pandemia, pagando nuestra anualidad.
No conformes con eso, los pobres dueños de palcos se dieron cuenta de que sus propiedades fueron vandalizadas y en varios casos les robaron sus televisores, cuando los palcos se mantuvieron cerrados durante un año y los únicos que tuvieron acceso fueron los directivos del Puebla quienes presumían que el estadio era un búnker inexpugnable; ya vimos que no.
Terminaron por pasarse por el arco del triunfo la supuesta no venta de alcohol y al ser descubiertos tuvieron que decir que sería controlada y racionada para terminar engañando a la autoridad desplazando la cerveza en vasos de refresco por lo que una buena cantidad de aficionados salieron bastante alcoholizados, por lo que se dieron terribles conatos de bronca donde miembros de la barra de Pumas acabaron pateando a una señora de manera inmisericorde en el piso durante una trifulca.
Se permitió tomar a llenar en la parte alta del estadio donde se unen las puertas de acceso y la explanada, para que la televisión no fuera testigo de la situación. Tan borrachos salieron algunos, que hasta a una reportera de canal 13 fue besada durante su transmisión, sin el mayor pudor.
La reventa fue grotesca; toda el área del estacionamiento del auditorio GNP se llenó de revendedores que ofrecían con éxito los boletos desde 1500, 1200, 700 y 600 pesos dependiendo la localidad, todo con la complacencia y complicidad de la directiva camotera que, además, negoció con la 28 de Octubre para el cobro del estacionamiento, el cual rondó los 50 pesos por automóvil.
En lo futbolístico y como siempre sucede, cuando se esperaba una gran actuación del Puebla y una victoria en la reapertura del estadio, sucedió todo lo contrario, quizás fuimos testigos del peor partido de la era Larcamón donde se estuvo cerca de perder a no ser por el arquero Antony Silva quien mostró que es una fiera abajo de los tres palos y salvó al equipo al menos en tres ocasiones de verse abajo en el marcador.
Como sea, el empate y las combinaciones de resultados le permiten a la franja llegar al último encuentro contra Santos con el destino en sus manos y quizás y al menos con un empate se logre la clasificación directa a la liguilla, lo cual culminaría con una estupenda temporada de la franja que a mi parecer aún tiene mucho que dar y podría ser el caballo negro del torneo.
Hasta aquí un resumen breve de lo que aconteció en el estadio el viernes pasado donde, a mi parecer, se podría rescatar el módulo de las pruebas Covid-19 el cual, la verdad, funcionó bien en términos generales. Estamos a una semana de saber cuál será el destino final de la franja en la tabla general y esperar para saber quién será su primer rival ya sea en repechaje o en liguilla. Ya estaremos comentando qué posibilidades observamos para la franja, quienes tienen, aunque usted no lo crea, la posibilidad de llegar lejos en esta liguilla y darle una gran satisfacción a la golpeada afición poblana. Nosotros como siempre veremos y diremos.
Hasta la próxima