En el municipio de Acatzingo en estos momentos hay un candidato ganador a la presidencia municipal.
Se llama Abraham Martínez Jiménez, del Partido de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y a decir de las boletas electorales, es el principal ganador de la contienda del domingo seis de junio. Solo que hay un pequeñísimo error.
Dos tipos de boletas que están marcadas a favor del tal Abraham, unas con M y otras con N al final.
En otras palabras, no son las mismas boletas, lo que indica que las urnas fueron embarazadas.
Alguien o algunos con mala fe le metieron boletas falsas a las buenas y entonces las cifras de votos le fueron beneficiadas y ganó las elecciones.
Por lo menos así se dice de forma oficial.
Y entonces pasó que los opositores se dieron cuenta y el miércoles siguiente los ánimos se incendiaron en un municipio presuntamente gobernado por el crimen organizado.
Las boletas fueron robadas e incendiadas, lo mismo que la inmobiliaria del Instituto Electoral del Estado (IEE) Municipal.
Pero nadie dijo nada, ni la policía.
Los dejaron hacer todo un desmadre y nadie los llamó al orden.
Quien en estos momentos sigue siendo el presidente municipal de Acatzingo, llegó por el Partido Morena, pero como quería seguir con el poder político y del crimen organizado lanzó a su candidato por redes sociales, mientras que los demás políticos con chamba en ese Ayuntamiento, lanzaron a su candidato y este ganó.
Lo que sigue es que la impunidad con la que se maneja el crimen organizado en Acatzingo va a continuar
Serán otros tres años de impunidad.
Alguien dijo en el 2018 que cuando fuera presidente todo iba a cambiar.
Y si tenía razón, el PRI fue reemplazado por Morena.
Pero sus prácticas y sus fantasmas ahí siguen.
Nos vemos cuando nos veamos.