Quiubo, banda intolerante. Como ya se la saben, aquí les viene su héroe de barrio que les trae la información más certera del pancracio político de Puebla.

Así que agárrense, porque me les vengo. Y conste que no les aviso dos veces.

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Desde ya hace unos meses pa' acá, el olfato de sabueso de su héroe de barrio andaba oliendo el inicio de un romance en Casa Aguayo.

Como su valedor nomás confirma las cosas que sí son ciertas, no como la comadre Liza Aceves, mejor me esperé hasta ayer cuando se hizo público el amor entre el góber y mi Franja.

Y es que después de la conferencia de prensa donde anduvo tirando rostro el prestanombres de la Franja, digo el presi, y Doña Marta Ornelas, Secretaria de Turismo, la perrada le tiró con Tokio al anuncio de la alianza.

Pero, mi chismoso que vive por allá en la colonia Maravillas me contó que esta coalición sí va en serio y no como algunas del pasado con otros góbers.

Pa' arrancar, el acuerdo entre Casa Aguayo y los verdaderos jefes de la Franja, que mueven todo desde una torre en el Ajusco, es de un año.

Será en una posición importante en el nuevo uniforme de los camoteros donde estará presente la marca del gobierno, pero eso apenas es la puntita.

Según me cuentan, una de las cosas que convenció al góber fue la propuesta de acercar al equipo a todo Puebla literalmente. Meses cargaditos se le vienen a Doña Marta y compañía pa' coordinar las visitas de la Franja al interior del estado.

Con todo esto, ¿ya les cuadró por qué, antes de que arrancara la Liguilla, mágicamente el logo del morenovallismo desapareció de las butacas del Cuauhtémoc?

Si la directiva camotera tiene el sueño de que les renueven el contrato más les vale dar resultados.

Si no, pregúntenle a los 15 secretarios a los que ya les dieron puerta.