La sexagésima, LX, legislatura del Congreso local tuvo su última sesión ordinaria el jueves pasado. Esto significa que a no ser que se convoque a una extraordinaria, ya terminaron de trabajar, aunque su mandato concluya hasta la segunda quincena de septiembre.

Esta legislatura tuvo a su cargo los mandamientos poblanos por tres años. 1,433 iniciativas presentadas y 459 aprobadas. Una iniciativa es lo que comienza el proceso legislativo de una ley.

Para cumplir sus muchas responsabilidades el Congreso se organiza en Comisiones. Estas tienen obligaciones como analizar y discutir los temas que les asignan en diversos procesos legislativos.

El abanico de temáticas es casi ilimitado, por lo que existen 35 Comisiones Generales. Desde igualdad de género hasta migración, asuntos metropolitanos e internacionales, pasando por cultura, seguridad, y transparencia.

Una batería de hasta siete diputados listos para debatir como tribunos temas de relevancia. Presidente, secretario, y vocales. Cuando menos una vez al mes. Así lo indica la ley y se traduciría en 36 sesiones.

Durante el trienio, de las treinta y cinco comisiones, solo 5 cumplieron con la responsabilidad de sesionar como lo indica la ley. Gobernación (50), Género (48), Justicia (44), Salud (42) y Medio Ambiente (38). Treinta y uno no se desempeñaron de acuerdo a lo normado.

La Comisión de Desarrollo Rural quedó a la mitad con 15 sesiones, virtuales y presenciales. Tutelada en la presidencia por el morenista por Tecamachalco Arturo de Rosas, y en la secretaría por el exmorenista Emilio Maurer por Puebla capital, además de dos representaciones PT, y una del PRI, Movimiento Ciudadano y Compromiso por Puebla respectivamente. Las iniciativas que se les quedaron en trámite o fueron aprobadas son variopintas y con impactos en diversas leyes.

Aprobadas y en el tintero

Se incluyó la definición de hidroponia y se le añadió el término prioritario a la atención de pequeños productores en pobreza. Los conceptos de fuentes de energías limpias y renovables se agregaron junto a la inocuidad de los alimentos.

Uno de sus logros fue prohibir la alteración de los ciclos hidrológicos, así como el uso y manejo de esas tecnologías. Es decir, la ley anticañones antigranizo, en referencia a aquel controversial caso ligado a Volkswagen y al alegato de afectar las lluvias en zonas aledañas a los patios donde resguardan sus autos. Los problemas que se vendrán con la Secretaría de la Defensa Nacional los platicaré en otra entrega.

Otro, con relevancia, es añadir que las coberturas de riesgos y seguros que procure el Gobierno del Estado permitan a los productores recuperar al menos el monto de su inversión en insumos y mano de obra. Este sería un verdadero reto para las Secretarías de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, tanto para conseguir las primas como para implementar un registro de gastos que las aseguradoras acepten.

Las abejas quedaron en un claroscuro. Se legisló a favor de cuidar su medio ambiente con atención a pesticidas, pero no se logró pasar un importante cambio a la ley ganadera que resaltaría la importante meliponicultura. Las abejas sin aguijón de las sierras al norte del estado.

Quedó pendiente dejar en ley el asignar al menos una décima parte del presupuesto estatal para la población rural y el entorno agropecuario. Actualmente desarrollo rural se lleva 2.7% y alcanzó un máximo de 3.2% en el primer año de esta administración. Otra, la reforma a la ley de adquisiciones estatales y municipales que favorecería la compra de productos alimenticios directamente a los productores.

Todo lo mencionado está en proceso de ser ley, o lista para serlo, pero realmente no importa. Las leyes generalmente son letra muerta imposible de aplicar, o sin el presupuesto para operar. Otras leyes de esta legislatura es cárcel a quienes operen rastros ilegales o que hagan llamadas al 911 en broma. Todas buenas ideas, al menos en su objetivo inicial, pero diseñadas y promulgadas desde un Puebla en el que solo viven 41 personas.