Quiubo, banda intolerante. Como ya se la saben, aquí les viene su héroe de barrio que les trae la información más certera del pancracio político de Puebla.
Así que agárrense, porque me les vengo. Y conste que no les aviso dos veces.
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La mata sigue dando en el ya famoso charricidio de San Andrés Cholula. Cuando pensamos que todo acababa con la vinculación a proceso de Carlos “N” por el supuesto asesinato de Jairo Alberto Cuevas Gutiérrez, que siempre no era así.
Y es que hasta los oídos de su héroe de barrio llegaron más datos que le dan luz al ya de por sí caso tan complicado.
¡Toda una madeja para conocedores! Ahí les va derecha la flecha.
Resulta que la tan afamada versión del homicidio en defensa propia fue echada por tierra porque la víctima recibió tres plomazos, mientras Carlos “N” resultó herido en las naylons. Pa' agregarle sabor, se confirmó que el día de los hechos víctima y victimario traían el arma cargada.
Con eso bastó para regresarlo sin escalas al penal de San Pedro Cholula.
Pero ahí no quedó la cosa, mi manada, porque ya salió el peine: cuentan los que saben que todo habría sido un lío de faldas.
Y es que resulta que aquel trágico día, Jairo Alberto le habría reclamado a Carlos “N” su presunto vínculo con una sobrina política, familiar de la ahora viuda Luz María Diez de Urdanivia, secretaria de Acción Electoral del PRI en Puebla.
Una vez caldeados los ánimos y al salir a relucir diferencias de edades, el desenlace es el que todos conocemos, banda.
Pero con todo y todo, doña justicia no pudo comprobar que Carlos “N” hubiera sido investigado por algún otro homicidio. O sea que no se comprobó que ya fuera un pájaro de cuenta.
Lo cierto, valedores, es que ahora el caso empieza la cuenta contrarreloj porque nomás hay 4 meses para presentar las pruebas.
Habrá que aguantarse la zozobra, manada, con unas buenas cemas de pata en lo que llega diciembre.
Ya de mientras los amigos y la fanta de Jairo Alberto enseñaron el músculo al manifestarse afuerita de la Fiscalía pa' exigir justicia.
Se ve que pronto habrá más revelaciones en el charricidio de San Andrés. Conste que cantada vale doble.