Con el inicio de las inscripciones y reinscripciones, temas como el pago de cuotas, los daños en los inmuebles, requerimientos de sanidad y hasta la organización de las clases salteadas, inundaron las charlas y discusiones tanto de las madres y padres de familia como de los maestros.

Algunas escuelas, además de haber sufrido saqueos, también presentaron grafitis y otras más arrastran daños desde hace más de un año, como ejemplo está la primaria Ignacio Romero Vargas, ubicada en Clavijero, que a causa de las torrenciales lluvias de hace un año, perdió una barda que a la fecha continúa sin ser reconstruida.

Foto: Cristopher Damián
Foto: Cristopher Damián
Foto: Cristopher Damián
Foto: Cristopher Damián

En casos como este, uno desearía que las autoridades destinaran materiales, albañiles y hasta pintura para la reconstrucción, pero siendo realistas no se trata de la única institución a la que le urge una manita de gato. Ahí es en donde debe centrarse la valoración del pago o no, de cuotas.

Sin duda, el tema de las cuotas es uno de los que genera más  polémica, pero como lo hemos dicho antes, se requiere de corresponsabilidad.

Como padres de familia debemos ser muy claros y responsables, si bien se trata de un pago fuerte al iniciar el ciclo escolar, esta inversión debe servir para que los baños estén limpios, haya agua para que los menores se laven las manos y hasta para pagar las reparaciones que después de 15 meses serán necesarias.

No dudo que existan casos muy particulares en los que sea difícil cumplir con ese pago y en ellos se podrá aplicar alguna mediación para apoyar a la comunidad estudiantil, pero no se puede prohibir un cobro, cuando el gobierno no cubre los gastos indispensables para la reanudación de las clases en los planteles.

La educación, a diferencia de hace unas décadas, ya no es un asunto exclusivo de los maestros y las aulas; eso lo entendieron quienes acompañaron a sus hijos en estos meses durante el proceso de aprendizaje a distancia.

Para que un gobierno prohíba las cuotas, necesita cubrir los gastos primordiales que se generan en una escuela.

Esta es una pequeña lista de lo que no pagan ni el gobierno federal ni el estatal: luz, agua, teléfono, internet y mantenimiento.

No existe una sola partida de SEP que cubra esas necesidades.

Y ahí es en donde surgen algunas de estas preguntas: ¿Quién las va a pagar? ¿Se inician clases sin luz, ni teléfono e internet? ¿Quién paga la reparación de ventanas, focos, plomería y el mantenimiento en general?

Si alguien me muestra la partida de SEP que contemple esos pagos, seré el primero en reprobar la exigencia del pago de cuotas. Pero de lo contrario, pienso que se debe hacer un llamado a la corresponsabilidad, para que juntos, autoridad y padres de familia generen las condiciones adecuadas para el polémico regreso a clases.

Ya lo de si es tiempo o no de regresar en medio de la pandemia, será tema de una próxima entrega.

El Cancionero Picot versión 4T

No se sorprenda si AMLO lanza un cancionero con sus éxitos en diciembre. No, no se trataría de un informe sobre las promesas cumplidas o los logros de su gobierno, sería más bien un CD + DVD con las canciones más sonadas durante la mañanera, esas que pide el presidente y que solícitamente le reproducen en las bocinas de Palacio Nacional. Una versión 4T del Cancionero Picot.

Pero más allá de lo anecdótico, el repertorio comienza a ser una burla y no lo digo por la selección musical, porque en gustos se rompen géneros. Lo afirmo porque las canciones populares se están usando para desviar la atención de los temas más relevantes, llegando al grado de mostrar la indiferencia de López Obrador ante la posible muerte de menores que se contagien de Covid en este regreso a clases.