Tras el proceso electoral de 2021, Andrés Manuel encontró la fórmula para mantenerse en la campaña eterna que tanto disfruta, ahora a través de la Revocación de Mandato.
La táctica del presidente es clara, encontrar, o como en este caso, fabricar una “consulta popular” para mantenerse en las boletas y con ello refrendarse. Tal es su ego, que si por él fuera las boletas en lugar de preguntas dirían frases de súplica como: “No te vayas presidente”.
Pero para lograr su disparate, porque no se le puede llamar de otra forma al gasto inútil, requiere que el 3 por ciento de los mexicanos firmen su petición. A poco más de un mes de que inició esta captación de rúbricas los focos rojos se comienzan a prender.
Si bien es claro que en entidades como la Ciudad de México mantiene un presencia y una operación electoral muy buena, al grado que ya se superó la meta requerida de firmas; hay otros estados que antes fueron bastión del lopezobradorismo y que hoy, por descontento o por falta de operadores, demuestran que la 4T y AMLO no están en las prioridades de los habitantes.
Puebla es de éstas últimas.
La ley especifica que antes del 25 de diciembre se debe alcanzar como mínimo el 3 por ciento de la lista nominal, es decir 2 millones 758 mil 227 firmas en, al menos, 17 entidades del país.
Y hasta el momento no se ve que los “líderes poblanos de Morena” puedan entregar esa cuenta porque de los 139 mil apoyos que se necesitan, apenas juntan 8 mil 620 y de esas habrá que restar las que el INE invalide.
El tiempo comienza a jugar en contra. El tema es que quienes dijeron que iban a operar y saldrían a recolectar firmas en Puebla no lo hicieron o no han podido romper el desinterés de la gente de participar en la consulta.
Esos –y esas– que se pasearon por el estado con eventos que rayaban en actos anticipados de campaña para promover la recolección de firmas, son los mismos que han ocultado la cara y están por entregar las peores cuentas, reflejo de su peso político real.
Uno de los personajes que presumió que saldría nuevamente al activismo fue Gabriel Biestro, pero también se pudiera mencionar a Eric Cotoñeto, o el dirigente provisional Aristóteles Belmont, Alejandro Carvajal, Mario Bracamonte o la expresidenta municipal, Claudia Rivera. Fueron muchos los que levantaron la mano y hablaron, pero poco lo que concretaron.
De no lograrse el 3 por ciento de las firmas será la segunda consulta popular que fracase en menos de un año en Puebla. La primera fue para enjuiciar a los ex presidentes, que no tuvo ni el 2 por ciento de respuesta en el estado y al paso que van, parece que se repetirá el escenario.
Ojalá que el desgano sea tan masivo en el país que no se alcance el requisito porque de esa manera la ley permitiría cancelar la vacilada y así los poblanos, y todos los mexicanos, podríamos ahorrarnos millones de pesos que se tirarán en papeles y logística para cumplirle un capricho más al tlatoani de Palacio Nacional.