En abril de 2015, el Presidente Andrés Manuel López Obrador le exigió a su antecesor, Enrique Peña Nieto, que garantizara el paso libre a una de las primeras Caravanas de Migrantes que atravesó el país en búsqueda del sueño americano.
“Salió el viacrucis migrante encabezado por el padre Solalinde. EPN en vez de hostigarlos debe garantizarles la libertad de tránsito”, fueron las palabras exactas que AMLO tuiteó cuando desde la oposición tenía un enorme escaparate.
Seis años después la verdad alcanzó a López Obrador y ahora el tlatoani se olvida de los derechos de las personas migrantes.
El encontronazo que ayer se vivió, durante el intento de los centroamericanos por llegar a la Ciudad de México, no le alcanzó al Presidente para lanzar un tuit a su corcholata o al Instituto Nacional de Migración para recordarles la postura que tomó en 2015.
Si bien es cierto que el problema de la migración es mayúsculo y multifactorial, también es real que Andrés Manuel le ha puesto gasolina al asunto con frases y acciones como la donación de millones de pesos para que fuera de la frontera sur de México se replique su inservible programa Sembrando Vida o con aquellas declaraciones en las que se “invitaba” a los desplazados a vivir en nuestro país y hasta empleos se les ofrecerían.
Andrés Manuel, además de sus mentiras, está demostrando que no tiene ninguna estrategia para atender a los cientos, miles de migrantes que harán lo que sea por llegar al otro lado del Río Bravo para tratar de alcanzar el falso sueño americano.
Si en el intento, la muerte de sus familiares y amigos les sorprende, como sucedió con el tráiler que pasó tres garitas y aún así transportaba a decenas de migrantes, existe la posibilidad de que decidan que México puede ser un buen territorio para quedarse.
El Tercer País
En los hechos, México está funcionando como Tercer País, con la enorme desventaja de que no está recibiendo ni un dólar a cambio de ello y sí está poniendo desde los policías mexicanos agredidos hasta sus recursos para atender la crisis que estallará en los puntos fronterizos con Estados Unidos.
Es claro que los menores no acompañados, las embarazadas, los ancianos, hombres y mujeres, que deciden quemar sus naves y dejar su tierra para huir de la pobreza o la violencia extrema lo hacen con la intención de tener una mejor vida.
Pero está demostrado que estas Caravanas están resultando un excelente negocio para una mafia que ha encontrado en la trata y el trabajo forzado, una actividad altamente rentable.
En el camino, el caos que se genera en las ciudades, zócalos, deportivos, autopistas o calles en las que se quedan a descansar, deja daños que cada municipio o estado debe solventar.
Ofrecer alimentos, cobijas, colchonetas, ropa y servicios sanitarios, para tratar de hacer más humanitario su viaje, son gastos que el señor del Palacio Nacional ni se imagina y menos le ocupan.
La trifulca de anoche fue una primera llamada y no sabemos cómo se desarrollará el resto del viaje, sobre todo con las decisiones populistas de un hombre al que la Banda Presidencial le quedó bastante grande.