En días pasados, el ganadero Sergio Hernández González, patriarca de esta casa ganadera por más de 50 años, dio a conocer su libro: Rancho Seco, Cien Años de Amor al Toro Bravo.

Este libro consta sobre una declaración de amor hacia el toro bravo, al que en esos campos tlaxcaltecas sus antepasados, él mismo le han profesado desde hace ¡cien años! 

Don Sergio comenta: “El toro bravo lo ha sido todo en mi familia. A él debemos la pasión que tenemos por la fiesta, por la vida” quien  a lo largo de medio siglo ha manejado las riendas de esa casa ganadera cuya divisa es caña y rojo y que fue fundada en 1922 y que es madre de Cuatro Caminos, San Antonio de Padua, Santo Tomás y San Jerónimo. 

Don Sergio Hernández escribió un libro de 156 páginas que contrastan con la sencillez del ganadero de Rancho Seco.  El prólogo de dicha obra  fue  escrito por uno de los hombres de mayor importancia política, social, cultural, educativa en México el Doctor Juan Ramón de la Fuente, quien fue rector de la máxima Casa de Estudios, la UNAM. Y que actualmente ostenta un puesto en la Organización de las Naciones Unidas.

De acuerdo con la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia, esta dehesa fue fundada en 1922 por las hermanas doña Cristina Carvajal de Muñoz y doña Beatriz Carvajal de González, en el sitio actual, es decir, en el municipio de Tlaxco, con vacas y sementales de Zotoluca. Es entonces en 1928 cuando doña Beatriz le compra su parte a la hermana y se queda como única propietaria de la ganadería. Más adelante, en 1931, doña Beatriz contrae matrimonio con don Carlos Hernández Amozurrutia, siendo así que éste “toma las riendas” de la dehesa y al fallecer el 8 de diciembre de 1977, por acuerdo del matrimonio Hernández González, al faltar don Carlos, se dio origen a tres casas nuevas en 1987, quedándose don Sergio con Rancho Seco, don Carlos hijo fundó la de Carlos Pavón, la que luego se llamó Carlos Hernández y doña Luz Virginia Weber de Hernández fundó la de María del Carmen, misma que en 1999 traspasó a su actual poseedora, su hija Mónica Hernández de Aloi, quien ve por ella junto con su esposo, el rejoneador retirado Giovanni Aloi y le cambiaron el nombre a San Antonio de Padua.

Así que, a partir de 1983, don Sergio Hernández González refrescó la ganadería con vacas y sementales de Garfias, además de que, sus hijos, en 1989, don Francisco de Paula y don Sergio Hernández Weber, adquirieron la parte de su tío Carlos para nombrarla Cuatro Caminos a partir de 2001. Y, en 1997, al abrirse la frontera para la importación de ganado bravo español, don Sergio Hernández González decidió evocar lo que hizo su padre y, con el apoyo de sus hijos, trajo sangre de Murube y Santa Coloma para combinarla con la del toro bravo mexicano.

Rancho Seco ha sido una ganadería de triunfos, principalmente por la sangre Murube, el máximo exponente del rejoneo mundial Pablo Hermoso de Mendoza  la ha escogido en infinitas ocasiones. Toreros tlaxcaltecas  como  José Luís Angelino, inmortalizando al toro Muégano en agosto del 2009 y  Redentor en diciembre de ese mismo año, este último de la casa ganadera hermana de Cuatro Caminos.  ¡Y cómo no recordar a Pajarito! astado que voló a las barreras de sombra en la Plaza México.

El pasado sábado en los festejos de aniversario del coso titular mexicano, este hierro mandó un encierro muy interesante donde han caminado tres buenos astados, mismos que desorejaron Gerardo Adame (una oreja), Diego Sánchez (dos orejas) y Gerardo Rivera (1 oreja), este último un torero tlaxcalteca que es de esa casa. Los demás coletas han mostrado firmeza ante astados complicados personalmente me ha gustado la faena de José María Hermosillo quien se ha jugado la vida.

¡Enhorabuena a la familia Hernández Weber!