Para muchos lectores podría resultar que mi persona es muy amargada o con poca flexibilidad para entender lo sucedido el pasado sábado en la monumental plaza de toros “Rodolfo Rodríguez” en la vecina ciudad de Apizaco.
Resulta que para conmemorar un año mas de la ciudad rielera, se ha celebrado un mano a mano Aguascalientes – Tlaxcala. Los hidrocálidos fueron los hermanos Joselito y Luis David Adame y por Tlaxcala Uriel Moreno “El Zapata” y Sergio Flores. Los ganaderías correspondieron: San Isidro (1º, 3º, 4 º y 6º), uno de Montecristo que no estuvo anunciado y 3 toros de José María Arturo Huerta (5º, 7º y 8º). El resultado del festejo fueron premios exagerados, no sólo a los coletas sino también al ganadero Pepe Huerta saliendo a hombros como si hubiera sido un corridón.
Si lo vemos desde el punta de vista económico, la entrada fue excelente. Desde siempre la plaza de toros de Apizaco ha sido muy difícil de llenarla. La empresa lo consiguió y eso hay que considerarlo.
Me encantaría que estas líneas fueran exclusivas para celebrar un corridón. ¡Que los astados hayan sido excelentemente presentados, que hayan empujado al caballo en el tercio de varas y que los matadores hayan desorejado merecidamente a sus enemigos por sendas faenas!
Sin embargo, si analizamos detenidamente lo sucedido, las cosas fueron completamente diferentes. Quién se llevó la tarde – noche fue el mariachi Tlaxcallan. Este mariachi hizo las delicias de la gente. Hubo todo tipo de canciones que amenizaron una corrida de toros. La gente al calor del mariachi y del alcohol salió completamete feliz. Un impresionante espectáculo pirotécnico se llevó a cabo en plena vuelta al ruedo apagándose las luces de la plaza. ¡En fin un éxito rotundo saliendo todo mundo felices!
Sin embargo para los que somos puristas, amargados o conservadores esto no representa algo valioso para nuestra deteriorada fiesta. Si bien es cierto que hay que meter a la gente a las plazas de toros y llenarlas, considero que esta no es la forma al 100%.
La música de mariachi es hermosa y desde luego que en una plaza de toros lo hace todavía más. Pero si a eso le metes seriedad como toros bien presentados y con ese toque que le da la edad al toro, entonces si estamos hablando de algo diferente. Ya ni siquiera podría decir de astados bien presentados... ¡bravura por lo menos!
Hace un año más o menos, en la misma ciudad de Apizaco, se llevó a cabo un festival con astados excelentemente bien presentados. Eran de ganaderías tlaxcaltecas y el mariachi estuvo presente. Y soy muy honesto, ese día salí encantado no sólo por el mariachi sino por la forma en la que se llevó a cabo el festejo; aunque era un festival. La diferencia fue que hubo esa parte que hace diferente a la fiesta de los toros... ¡bravura!
Desde luego, que estoy de acuerdo en buscar estrategias para meter a la gente a las plazas de toros, lo que NO estoy de acuerdo, es en sacrificar la esencia de la fiesta brava.