Estimado lector:

Cómo es mi costumbre no intentar escribir letras de lo que no sucede en una corrida de toros. Esta ocasión considero que no va a hacer la excepción. Aunque en muchas ocasiones, esto del toro con su respectiva apreciación, podría ser subjetivo.

Sin embargo, hay muchas cosas que son bastante lógicas como la interminable mansedumbre, el descastamiento o la falta de bravura de los toros y sobre todo la debilidad de los astados.

Los 6 astados de la ganadería de La Estancia fueron terriblemente justos de presencia, con astas muy pequeñas que muy bien podrían sugerir de manipulación.

Ninguno representó complicación alguna a la tercia que se presentó el día de ayer en el ruedo poblano. Y lo peor: salir a dar una vuelta al ruedo junto con el matador, es dar coba y describir algo que nunca sucedió. Pero nuestra fiesta brava pareciera ser un sinfín de triunfos que nunca existen.

Ya lo que fue la corrida de toros que nunca salieron al ruedo, pasaron muchas cosas que podría considerar muy interesantes. La primera de ellas es para mí pensar y si quisiera hacer una mención muy especial: La banda de música de la Secretaría de Seguridad del Estado de Puebla con el coro normalista.

La música es parte muy importante en una plaza de toros y el día de ayer, se llevó la tarde. Las faenas fueron acompañadas con una música excelsa y resaltaría: ¡Qué Chula es Puebla! Para quienes amamos nuestra ciudad, no puso la piel chinita.

Otra cosa positiva fue que la gente salió muy contenta de nuestro Relicario. Ver una entrada que llegó a los tres cuartos de aforo, fue bastante positivo. En corridas anteriores, las entradas fueron muy malas poniendo en riesgo nuestra misma plaza de toros, pudiendo ser un dardo a la tauromaquia poblana.

Ya dentro del ámbito taurino, no todo fue, lo que mucha gente cree. Exceso de triunfos que nunca existieron. Hubo buenas estocadas de efectos inmediatos por parte de los tres alternantes.

Hablar del toreo de Antonio Ferrera, es hablar un tema de nunca acabar. Está poniendo “modas” desde el capote hasta en su misma tauromaquia. Personalmente a mí no me agrada ese estilo o esa moda.

Es un toreo sumamente despegado, tirando el toro para afuera y se cita con el pico de la muleta y no con la panza de la misma. De que podría ser estético, ya es cuestión de gustos. Muestro una serie de imágenes exponiendo esta situación.

Los diestros hispanos son sumamente técnicos en su forma de torear y a eso le sumamos que torean astados muy a modo de ganaderías comerciales que ya no gustan. El resultado final fue de una oreja y silencio.

Octavio García “El Payo” para mi forma de pensar, realizó lo más taurino de la tarde. Posee unas muñecas de sueño que cuando las recorre, realiza cosas muy interesantes. Ya sea con el percal como en la muleta, sus trazos tienen mucha valía. Con su primero, su labor fue aplaudida y con el 5º de la tarde una oreja de mucha valía por el contenido de la faena.

El Calita realizó dos faenas más para el tendido que para el taurino. Puebla es una plaza que de esto conoce poco. Sin embargo, el tendido es el que manda. Hay contenido en los trazos del Calita, plantea las faenas de forma adecuada, unos muletazos son buenos, otros con enganchones.

Pero este joven capitalino torea muchas tardes y su técnica se va a ir depurando conforme pasen las tardes. Sendas estocadas en excelente sitio y de efectos fulminantes para ser el triunfador del festejo con 4 orejas y salir a hombros.

La conclusión del festejo es que queda el ambiente bastante positivo para el próximo sábado en la 2º corrida de feria.