Eloy Cavazos, figura del toreo mundial, año con año se hace más grande. Son ya 50 años que ningún matador de toros mexicano abre la tan añorada Puerta Grande del coso titular del mundo: Las Ventas de Madrid. Año con año hacen el paseíllo toreros mexicanos y no se trasciende como deseamos los taurinos mexicanos. Efectivamente en la tauromaquia, no existen nacionalidades, sin embargo, los españoles nos dan un “baño” y ni siquiera sabemos como poner nuestra tauromaquia mexicana.
Este año, fueron dos novilleros y dos matadores de toros quienes se presentaron en el coso venteño. Aunque sus participaciones no fueron malas, una vez más no se trascendió como hubiéramos deseado. El primero en presentarse fue el lagunero Arturo Gilio. Este novillero a decir de la prensa especializada, hay que volverlo a ver. Cosas interesantes se pudieron apreciar, sin embargo en su segundo enemigo fue prendido aparatosamente y ya no pudo terminar de lidiar.
El otro novillero fue el michoacano Isaac Fonseca. Este joven que va por un excelente camino podría decir que nos salvó. Una actuación bastante redonda donde en su primero saludó desde el tercio y con su segundo enemigo se le escapó la gloria por la espada quedando en una vuelta al ruedo. Sin embargo, este joven a la siguiente semana, corta dos orejas en Sevilla teniendo una carrera hasta el momento bastante sólida. Y a quien personalmente considero, es quien podría reivindicar nuestra fiesta brava mexicana.
Joselito Adame, torero mexicano más importante hasta el momento, ha toreado en el coso titular del mundo del toreo, un total de 16 tardes. Ha cortado un total de 5 orejas con tres vueltas al ruedo. La Puerta Grande se le ha negado a pesar de haber tenido actuaciones sólidas. El pasado 17 de mayo pisó el ruedo madrileño con una buena actuación. Ha saludado desde el tercio y una vuelta al ruedo. Se ha llevado un arropó bastante fuerte afortunadamente sin consecuencias.
Y por último. Leo Valadez, quien confirmó su alternativa el pasado 22 de mayo, fue el único diestro mexicano que ha tocado pelo. Una oreja excelentemente bien ganada a pulso. Aunque si revisamos la prensa especializada, se menciona que tras una seria voltereta, se le ha compensado con un trofeo, como es habitual en la tauromaquia moderna. Sin embargo, yo no lo veo de esa forma. Leo ha tenido una grata presentación, con ideas claras, derrochando valor y entrega. Bastante variado con el capote y sin perderle la cara al toro. Con su primero en el que confirmó su alternativa fue ovacionado y con el segundo tras una gran estocada se le concedió una oreja.
En resumen, esto fue lo que sucedió con toreros mexicanos en la catedral del toreo. Este serial venteño donde una vez más no se toca el “cielo” al abrir la tan añorada Puerta Grande. Es por ello, que año tras año, la figura del regiomontano Eloy Cavazos, se hace más grande. En alguna entrevista a Eloy, lo oí decir: “Yo toreé donde Manolo Martínez lo hizo, pero yo triunfé donde él no lo hizo.” A los Martinistas obviamente esto no les va a agradar, sin embargo, no podemos dudar que Eloy sigue siendo la última figura del toreo mexicano en tocar lo más grande del mundo del toreo.