Es un mes de muchas celebraciones y conmoraciones:
Iniciando con el primero que es el Día del Trabajo; el 10 Día de la Madre (Maternidad Libre y Voluntaria); el 15 Día del Maestro; el 17 Día contra la Homofobia, Lesbofobia, Transfobia y Bifobia; el 24 Día Internacional de las Mujeres por la Paz y el Desarme; y el 28 Día internacional de Acción por la Salud de las Mujeres.
Me detengo en la fecha que celebra a los Maestros y las Maestras, derivado de que hace unos días fue presentado un proyecto de reforma a la educación en México, lo que significa que nuevas tareas les espera, empezando por su capacitación en torno a esos nuevos contenidos que tendrán que ser puestos en práctica seguramente en el próximo ciclo escolar.
A lo anterior, debemos agregar que han vivido tres ciclos escolares irregulares por la pandemia del Covid19 (2019-2020, 2020-2021, y 2021-2022), que en muchos lugares fueron incluso inexistentes, derivado de que ese formato que hubo que implementar por la contingencia a través de la tecnología y la comunicación, muchos no tuvieron las condiciones personales o las que se presentaban en las zonas marginadas para poder hacerlo, impensable pues para ellos tener “clases virtuales” durante estos ciclos escolares.
Esto sin duda de inicio representa que el nivel educativo que se venía manteniendo, se vio reducido y anulado en otros tantos lugares, y los maestros y maestras tendrán que resolverlo.
Por si fuera poco, a esos nuevos contenidos de esa nueva propuesta de reforma educativa, y a los evidentes rezagos y deserción escolar por la contingencia, hay que agregar también, aquellos que se presentaban por los nuevos libros de texto, que ya reportaban algunas problemáticas.
Tal vez por todo ello, días posteriores a la presentación de la nueva reforma educativa para el país, varios periódicos de circulación nacional publicaron un escrito de rechazo al proyecto de reforma de la educación en México, denominado “En defensa de la Educación”, en el que fueron refutando algunos de los puntos que contiene la propuesta como el que considera que la educación actual es una institución que fomenta desigualdades sociales, ya que justo los exámenes y las calificaciones legitiman la desigualdad social; y aquellos que trastocan la filosofía de la educación pública determinada en el artículo Tercero Constitucional: el espíritu laico, científico, democrático y libertario de la educación pública universal, gratuita y obligatoria que incorpora derechos, demandas y necesidades.
Más allá de los discursos reivindicatorios que escuchamos en el Día del Maestro y la Maestra, la realidad es que debemos estar pendientes de esas nuevas propuestas que cuando menos en el estado de Puebla en datos de la SEP, casi 100 mil docentes de todos los niveles educativos deberán atender; no solo al imponerles nuevas y muy delicadas tareas sin permitir de inicio resolver los problemas que ha dejado al sistema educativo la crisis sanitaria; sino también trabajar en recuperar la matrícula perdida, recobrar aprendizajes, atender la salud emocional y psicológica en niños y niñas que seguramente están percibiendo en el regreso a clases presenciales, y hasta cómo restituir las escuelas de tiempo completo y mantener los beneficios de alimentación que se tenían. Sin dejar de visibilizar que la mayoría de las personas que prestan servicios a esa diversidad de infancias y modos de aprender que tiene la educación básica, son mujeres.
Trabajo exhaustivo que les espera a los maestros y las maestras en Puebla y en el país.