Quien de plano nomás no puede ocultar el oportunismo politiquero que tanto lo caracteriza, es el dandy del “copete parado”, Iván Herrera Villagómez, y es que la nueva del dipu local es sentirse el Robin Hood de los conductores irresponsables.
Resulta que al Ivancito no le basta con irse a tirar rostro en el Congreso del Estado, sino que ahora ya no sabe cómo hacerse notar pa’ figurar en la próxima repartidera de candidaturas pal’ 2024.
Y como nadie lo pela, ni en la bandada morenista, pos ya anda como el payaso de las cachetadas viendo cómo jalar agua pa’ su molino, a costa del ordenamiento vehicular.
Si no me creen, banda, ahí nomás está su intentona pa’ alcahuetear a los cafres del volante, que no quieren ponerse en cintura con el uso de los parquímetros.
Pa’ Ivancito resulta más fácil querer venderse como el “tramitador” de amparos contra los parquis, que predicar con el ejemplo y demostrar que hasta los propios dipus se portan a la altura de las circunstancias. ¿O no, mis carnales?
Y es que con la famita que se carga, estaría de perlas sacar a relucir aunque fuera un poquito de civismo, en lugar de estar venadeando temas pa’ ver si se le acercan aunque sean unas cámaras o grabadoras.
Luego de sus frustrados intentos por hacerle las contras al góber en el Congreso y sentirse el “todas mías” cuando se llevaba de piquete de ombligo con la Clau Rivera, no le quedó de otra que doblar las manitas.
Aunque quiera salir luego con la vieja confiable de “es de sabios equivocarse”, en Casa Aguayo ya saben cómo le gusta cambiarse de chaleco.
Es más, banda, mi chismoso morenista ya la cantó sabroso que al Ivancito nadie le creyó el discurso crítico que tanto quiso vender en el Congreso y desde un principio lo traían bien checadito por las piedras que dejaba al mero jefe de El Alto.
Cuando “sintió la de Caín”, no tardó en cambiar de aires y hacerse el que la Virgen ahora le hablaba desde el otro oído.
Acá entre nos, dicen los que saben, es que será la primera carne de cañón cuando venga la hora de las definiciones porque ya lo habrían oído cantar que luego de ser regidor y dipu local, lo menos que se merece es levantar el dedo pa’ San Lázaro.
Pero una cosa se le olvidó. Que muy temprano se compró jef@s políticos que hoy están a nada de ser muertitos. Como dirían en alguna mañanera, se convirtió en un “fierro más en la lumbre”.
¿Sabrá la que le espera?