Me cae de madre que quienes cada vez más actúan como verdaderos orates son los supervisores de la Unidad de Normatividad de esta Puebla cemitera, pos nomás no terminan de capearle que son servidores públicos y no porros al servicio de la pinche ley de la jungla.

Y es que no es la primera vez que estos reverendos chacales hacen valer la fuerza contra vendedores ambulantes en solitario pa’ darles una calentadita, seguida de madrina y hasta mentadas de máuser.

El más reciente chou de estos gandules, fue ni más ni menos en plenas calles del Centro Histórico, en la 3 Oriente y la 4 Sur. Y es que la Netflix, mis valedores, la escenita montada a ojos de turistas, universitarios y público de todas las edades, vuelve a poner el dedo en la llaga de hasta dónde doña justicia acaba, y se le tuerce el rabo a la puerca.

¿A poco los disque empleados de Normatividad tienen la manga ancha pa’ actuar como verdaderas hienas que andan venadeando a los ambulantes que chambean de a solapa pa’ verse chingones?

Conste, banda, no se trata de andar defendiendo a quienes infringen la ley pos hay que cumplirla, nomás que con tantito criterio.

¿Qué no han aprendido que los carniceros de hoy serán las reses del mañana? Tampoco hay que pasarse de lanza, banda, porque no sólo se los dice su héroe de barrio sino que hasta ya fueron advertidos por el góber. ¿O ya se les olvidó?

Y es que apenas hace unas semanas desde Casa Aguayo ya rechazaron cómo la mueven los mentados supervisores de Normatividad.

Cómo no, mis valedores, si a la primera de cambio sacan a relucir el cobre y ni cómo defenderse, pos cada vez que se agandallan a un chambeador, hasta siete orates se hacen la balona ante la complacencia de policías y personal de Gobernación Municipal.

Ya que andamos encarrilados, ¿será que pronto metan en cintura a estos gandallas el secre de Gobernación, Jorge Cruz Lepe, o el encargado de Normatividad, Enrique Guevara Montiel?

Nomás pa’ que lo tengan en el radar, hay que sumarles la madrina que le rifaron a un churrero a pasos de la Comisión de Derechos Humanos, y al menos dos casos más en el corazón del Centro Histórico, contra un valedor originario de Huauchinango.

La Netflix urge que metan orden desde el Charlie Hall. Al final de cuentas se trata de poblanos que deben rascarle para sobrevivir en tiempos de pandemia.

¿A poco será que le andan jugando al vivo contra las advertencias del góber?

De entrada, ya están al filo de la navaja. Conste que sobre aviso no hay engaño.