Como profesor, siempre he pensado que podemos aprender de los demás. Para Anne Huff, el trabajo académico tiene sus raíces en el intercambio dinámico de ideas.

Esta interacción entre investigadores, donde uno aprende de los demás, puede definirse como una conversación con personas de distintas instituciones, en momentos diferentes de sus carreras académicas (Huff, 1999).

Fernanda Haro demostró que la tauromaquia se ha nutrido del diálogo entre aficionados y detractores. En el siglo XVIII, las posturas antitaurinas hicieron importantes aportaciones que contribuyeron a la pervivencia y evolución de las corridas de toros.

Siempre ha habido antagonistas y apologistas. Aunque cada uno defendía y abonaba a su causa, las dos posturas tuvieron la atención de investigar sobre la historia, fortalezas, debilidades, peligros y consecuencias del espectáculo taurino, y de esta manera la conversación contribuyó al progreso de la tauromaquia (Haro, 2019).

En la época de la posverdad, el debate se ha vuelto más agresivo y virulento. La posverdad se refiere a cuando los datos o la evidencia empírica tiene menos importancia que las opiniones y emociones.

La Real Academia Española la define como "distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales".

Para Guadalupe Nogués la posverdad es producto y causa de una grieta infinita. Se van construyendo narrativas paralelas que amenazan la existencia y el desarrollo de vínculos humanos.

Al estudiar fenómenos como el Brexiten el Reino Unido, como la elección de Trump en los Estados Unidos o el movimiento antivacunas, Guadalupe Nogués dice que la posverdad es una amenaza para nuestra supervivencia y lo califica de un problema de salud pública (Nogués, 2019a).

Por lo tanto, nos invita a abandonar posiciones radicales y tribales y nos invita a aprender a dialogar con el que piensa distinto.

La pregunta es: ¿Cómo dialogamos cuando el problema no es la evidencia sino un desacuerdo ideológico?

Nogués fue a un Ted Talks a explicar la situación. Ella hablaba en términos generales, pero su análisis puede ayudar al debate con antitaurinos (Nogués, 2019b).

Cuando sólo conversamos con los que piensan igual que nosotros, las opiniones se vuelven más extremas y homogéneas. Es decir, dejamos de aprender. Y así, cada discusión con un bando opuesto se convierte en una batalla entre el bien y el mal.

En lugar de exponer un punto de vista como provisorio, como un puente para comunicarnos, la opinión se vuelve inamovible. De esta forma cavamos una zanja que separa a los que están de nuestro lado, de los demás.

A esto sumamos lo que explica Jonathan Haidt en "La mente de los justos" (libro que ya hemos analizado en este espacio) que la razón es esclava de las pasiones y que primero viene emoción y luego usamos los argumentos racionales para justificarnos (Haidt, 2012). El mundo se fragmenta y se transforma en una explosión de agresión y desconfianza.

Guadalupe Nogués cuestiona: Para tener una democracia sana, ¿no necesitamos que los que piensan distinto tengan conversaciones amplias, honestas y profunda?

El problema con la posverdad y la creación de bandos contrarios, no sólo es que genera conflictos, sino silencios. Muchos se retiran del debate, no porque no tengan posturas definidas o porque no les importe lo que pasa, sino por hartazgo, por miedo, porque la sociedad de la posverdad penaliza el disenso.

Podemos tener puntos de vista claros, incluso intensos y podemos expresarlos con pasión sin subirnos a la dinámica del discurso intolerante. Los taurinos hemos gritado muchas veces "¡Libertad!, Libertad!

Quizá para tender puentes, es momento de predicar con el ejemplo. La libertad de expresión implica estar dispuesto a escuchar voces que no nos gusten.

Guadalupe Nogués dice que es probable tengamos más en común con los que piensan distinto pero que quieren conversar, que con los que comparten nuestra opinión pero son intolerantes. Para ello hay que aprender a escuchar al que piensa distinto. Escuchar para entender.

Hay que promover el pluralismo. Buscarlo activamente. Así el disenso se vuelve visible y, a partir de ahí, construir consensos y convivencia a pesar de nuestras diferencias.

Fernanda Haro concluye su tesis doctoral con una invitación oportuna para el debate actual con los antitaurinos: “tolerancia y respeto hacia quienes piensan y sienten de manera distinta a la nuestra, que, a fin de cuentas, nuestra postura respecto a la tauromaquia no tiene que ser uniforme ni homogénea.”