Como decía mi Tía Chona, “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. Y así merito le está pasando a Elsa Bracamonte, la dizque secretaria de Movilidad y Transporte, quien de a “tiro por viaje” no para de hacer el perro oso y de exhibir su falta de talento al frente de la dependencia.
Y es que a Elsita tal parece que se le “lengua la traba” y así “como dice una cosa, dice otra”, pos si no cómo capearle que no domine por delante ni por atrás los números, el dato duro, fregón, machín, de la mentada secretaría que dirige.
Es más, banda, que se deje llevar por la corriente, solita se ponga de espaldas planas nomás pa’ hacer el ridículo con todo y “manita de puerco”, sin saber pescarse de la cuerda más cercana.
Resulta que Elsita se amarró de a solapa cuando presumía a los cuatro vientos el Encuentro Nacional de Diputados Locales por la Movilidad, y la creación del susodicho Sistema Estatal de Movilidad y Transporte.
Total, ahí la llevaba suavena, librándola como acostumbra, jugándole al teléfono descompuesto, repite que repite las palabrerías de siempre, pa’ no meterse en “camisa de once varas”.
Lo malo pa’ ella fue cuando se le vino la noche encima, pos de plano hasta la voz se le cortaba de los nervios cuando se le hizo engrudo la papelería que llevaba, y no supo ni responder qué rutas y cuántas concesiones del transporte ha cepillado por imprudencias, accidentes y muertes de carnales, en esta Puebla camotera.
Como quien dice, pecó de inocente y fue traicionada por su propia ingenuidad en la polaca, pos la Netflix está del nabo que siendo parte de la crisis en el transporte público no pueda llevar numeritos pintados de rojo pa’ que los tenga a la vista.
Y es que todos los carnales que usamos combis, camiones, peceros, micros y hasta los que andan a patrulla, no sabemos cuándo nos llegará la hora, nomás por chafiretes imprudentes que le ven la cara a Elsita y a la Secretaría de Movilidad.
Pos cómo no, a ver, ¿cuándo la veremos subida en esas chatarras con llantas, arrinconada en asientos apestosos, rotos, inseguros, sin cámaras de vigilancia y todo lo que se acumule?
¿Verdad que no?
Sólo tenía que sacar la “varita mágica”, cantar los numeritos y no hacerle a la chillona con que todo anda en “proceso”, nel, pos si no iba a revelar identidades.
Y pa’ rematar, banda, no hay que perder de vista el chico coraje que se aventó Elsita cuando fue exhibida norteada, tanto así que no buscaba quién se la hizo, sino quién se la pagaría.
¿Serán ciertos los rumores de su carácter explosivo y la ley del monte que domina en la Secretaría de Movilidad?