Chingo y dos montones de dudas son las que ha dejado en el camino la ejecución del comandante de la Policía Municipal de Francisco Z. Mena, Felipe “H”, quien fuera abatido a puro plomazo durante la noche del domingo, cuando le caía a su cantón.

Resulta que el azul fue baleado en pleno día de descanso cuando llegaba a su chante, allá por la zona de Nuevo Carrizal, en Pantepec, donde ya lo esperaba un comando de malandros bien armados.

Tanto así, que apenas lo toparon abrieron fuego sin mediar palabra, y hasta chance les dio pa’ aplicar la fuga, sin que ninguna autoridad les diera alcance o siguiera la pista.

Así como lo leen, mis valedores, como quien dice apenitas cumplieron el “encargo” y “patitas pa’ qué las quiero”, lo que de por sí ya levanta hartas sospechas, pos cómo va a ser que a los malandros se los haya tragado la tierra y ninguna policía, Sedena o Guardia Nacional los haya marcado.

Y es que a la de a Wilbur a Felipe “H” ya lo tenían venadeado, sabían el rumbo, horarios y cuándo andaba tirado en la hamaca” y, en una de esas, si traía cuete al cinto.

¡Zaz, culebra!

La cosa se complica pos ni el presi municipal, Gildardo Vargas García, y menos el ayuntamiento, han dado información constante y sonante, la Netflix, hasta parece que ni ejecución hubo y el mero chisme argüendero es lo suyo.

Pos cómo no, banda, si se la pasan presumiendo “fanfarrias” del informe municipal, y dizque el reforzamiento de la seguridad, puro chiste mal contado pa’ ver ahora quién les cree sus teatritos.

Y es que mi chismoso policleto ya rajó canela que en Francisco Z. Menacaló hondo el crimen, pos tampoco descartan que el asesinato sea un mensaje con dedicatoria, pa’ luego perder la tranquilidad que les queda.

Es más, mis valedores, nomás pa’ darse color, Felipe “H” ya se la sábanas cómo se movía la zona, pos llevaba al menos tres años como azul municipal, y la Netflix no era un improvisado.

Entonces, ¿pa’ qué callarlo a la fuerza?, ¿supo de algo que no debía?, ¿se topó con verdades incómodas que no debían salir a flote?

Y el ayuntamiento, banda, ¿pa qué jugarle al chitón cuando lo que urge es que Gildardo Vargas García se faje los pantos y le dé confianza a la gente?

A todo esto, mis carnales, ¿no les suena parecida la ejecución del director de Seguridad Pública en Acatlán, Héctor “G”, a lo sucedido en Francisco Z. Mena?

Como decía mi tía Chona, “cuando el río suena es porque agua lleva”.

Ahí se las dejo al costo.