Tremenda enchilada la que provocó el secretario de Bienestar y Participación Ciudadana de esta Puebla camotera, Matías Rivero, luego del mentado chiste que resultó el concurso de “Mi colonia, mi identidad”, que tanto cacarearon él y su dependencia.
Y es que resulta que los valedores que ganaron la marmaja constante y sonante, no han recibido aún los premios respectivos, por lo que no paran de venadearlo hasta en el mismísimo Charlie Hall pa’ que rinda cuentas.
La Netflix ya sienten que todo se trató de una mala broma del Maty pos hasta ahorita no han podido cobrar el varo que les prometieron, al estar entre uno de los 63 ganadores.
Todo comenzó con la convocatoria que estuvo abierta del 24 de julio al 2 de septiembre, pa’ que le entraran los diseñadores y se rifaran chuladas de logotipos.
El chiste era fomentar el orgullo por las colonias, barrios o unidades habitacionales, y entre los jurados estarían hartos titulares de las secretarías municipales.
De entrada, todo resultó chingón, pos friego de carnales se montaron en el tren del orgullo camotero, sin saber las de Caín que les esperaba, pos a la mera hora quedaron como novia de pueblo.
Eso sí, valedores, la lista de ganones se dio en tiempo y forma, el 12 de septiembre pasado, pa’ que dieran el Grito de Dolores a toda máuser, pero nel, ahí fue donde torció la puerca el rabo.
Y es que mi chismoso gráfico ya rajó canela que desde un principio les fueron dando largas de a cómo y dónde habrían de recoger tan suculenta y nada despreciable lana.
Pos el primer lugar tendría 50 mil varos; el segundo 40 mil y, el tercero, 30 mil morlacos; y pa’ que no salieran con envidias, hasta el sitio 63 unos 3 mil pesitos pa’ las cuentas del chupe.
Así merito, fueron pasando los días, las semanas y los meses, y la banda no ha recibido ni un mensaje pa’ recoger el mentado chequecito, tanto así que fueron buscando al Maty pa’ que aclarara las cosas.
Por algo será que no lo han topado de frente ni de espaldas, y cada que lo buscan hasta parece que se lo traga la tierra; ni qué decir de sus funcionarios, que casi casi se lavan las manos con “agua de rosas”.
La cosa se pone peor, pos hasta en el Tuister los ganadores no dejan de enchilarse, pos algunos ya hasta dan por perdida la lana, y nel que vuelvan a participar o prestarse pa’ chuladas como ésta.
Ojalá que el Maty se ponga las pilas, aclare las cosas o de a perdis diga cómo, cuándo y dónde, que a la banda se le hace de noche pa’ cobrar lo que se ganaron de ley.
Ahí se las dejo al costo.