Si el pretexto para la deficiente gestión de Elsa Bracamonte al frente de la Secretaría de Movilidad y Transporte es la falta de presupuesto, el próximo año deberá entregar excelentes resultados, pues el dinero no deberá ser problema.  

A diferencia de otras dependencias estatales que verán ajustado su presupuesto por la inflación o en casos extremos, recortado, en la SMT se aumentará notablemente el presupuesto y pasará de tener 127 millones a más de 233 millones de pesos, un incremento de más del 80 por ciento.

Uno desearía que, de aprobarse la propuesta por los diputados en los términos que envió el Ejecutivo, ese dinerito extra que recibirá la secretaría sirva para poner en orden una dependencia que lleva años navegando a la deriva.  

El tema del transporte público es el talón de Aquiles de la dependencia ubicada en Rosendo Márquez, pero no es el único problema que enfrenta.  

Están también las miles de quejas por corrupción y tolerancia lo mismo a transporte de taxi pirata que a mototaxis y ni hablar de la falta de estudios y acciones que realmente permitan que los poblanos puedan desplazarse de Sur a Norte o de Oriente a Poniente sin hacer travesías que les roben la vida o les hagan perder 3 o 4 horas al día para ir a la escuela o al trabajo.  

La falta de una verdadera movilidad y las pésimas condiciones en las que se mantiene al transporte público, con unidades “chatarra” y choferes que siguen jugando carreritas o manejan alcoholizados son algunos de los serios reclamos que constantemente se le realizan a la dependencia que dirige, desde hace más de un año, Elsa Bracamonte González.

Tiempo para “conocer” las entrañas del monstruo que es la Secretaría de Movilidad y Transportes ya ha tenido, ahora, en el 2023, contará con el presupuesto necesario para operar mucho más holgadamente, así que esperemos que desde el primer trimestre del próximo año podamos notar su trabajo, de lo contrario estaremos hablando de que se habrá tirado a la basura más de 106 millones de pesos del erario y en Puebla tenemos muchas necesidades como para estar desperdiciando el dinero en titulares de dependencia de medio pelo o que simplemente no están preparados para afrontar las responsabilidades que se les dieron.

Alarmantes, arrebatos de AMLO

Desde hace unas semanas los exabruptos de Andrés Manuel en sus mañaneras han sido constantes. Siempre ha sido visceral, ahí están sus frases como “al diablo las instituciones”, sin embargo, los enojos que está reflejando en los últimos días, lo mismo por la marcha para defender al INE, que los cuestionamientos de la prensa extranjera sobre sus agresiones a los colegas nacionales que no piensan igual que él o el incremento de la inseguridad en el país, que ha generado que su sexenio sea mucho más violento que el del Felipe Calderón; nos hacen cuestionarnos sobre la salud emocional del hombre que dirige a toda una nación