El día de ayer, el diputado Alejandro Carvajal respondió a mi columna tomando como referencia un artículo firmado por la hoy directora del CONACYT.
Textualmente dijo:
“Me llama ignorante por comentar que algunas empresas harineras y tortilleras (#Maseca, #Minsa) utilizan maíz transgénico. Tengo otros datos, estimado Enrique Nuñez.”
Al respecto y para abundar en la poca o nula información del diputado, quien en su afán de seguir la línea de Palacio Nacional ha declarado sobre temas de los que claramente desconoce, me permito hacerle estas precisiones.
Respecto a la aseveración que ha hecho, sobre los productos transgénicos asegurando que causan cáncer, le hice ver en mi columna de ayer que el estudio en el que se basan conocido como el Caso Séralini, fue retirado por la comunidad científica por no haberse realizado conforme a los protocolos requeridos para considerarlo como concluyente. Es decir, que se trata de una investigación patito. Para este punto el diputado no tuvo un solo comentario.
Tampoco lo tuvo para mi observación sobre su ignorancia del tema, reflejada en que no sabe pronunciar la palabra glifosato, cuyo producto es la base del decreto de AMLO.
Espero que tras esta columna, deje de decir “glisofato” (SIC) y así evitar hacer tanto ridículo.
Respondiéndole al tema del uso del maíz transgénico por empresas como Minsa o Maseca, debo puntualizarle al diputado lo siguiente:
El maíz transgénico (que es el amarillo) no se usa por la simple razón que es ilegal sembrarlo en nuestro país y darle uso humano. Además de que el maíz amarillo prácticamente no se usa por ser menos rendidor en la industria y no ser del gusto de la gente.
Si tienen los elementos de que usan un producto prohibido por la ley, ¿por qué no demandan y clausuran a estas empresas?
Por cierto, el estudio al que se refiere fue realizado por la radical anti biotecnología del país que es Álvarez-Buylla, a quien AMLO impuso como directora de CONACYT.
Sí, la misma persona responsable de la fracasada Vacuna Patria que pomposamente anunció Álvarez-Buylla en una mañanera junto con y los respiradores que nunca llegaron.
¿Con qué sustituirán todo lo que alimenta ese maíz?
¿Quienes pagarán la multa del TMEC por miles de millones de dólares?
¿Tiene evidencia de que los transgénicos generan cáncer?
Y en el colmo de la incongruencia, esta semana, gracias a los “acuerdos” del presidente, importamos 400 mil toneladas de maíz de Sudáfrica, donde el 80% de su producción es maíz transgénico.
Para desgracia de este país, las decisiones infundadas y populistas de este gobierno, marcarán también el futuro del campo con un retroceso del que no nos levantaremos en décadas.
Ni más, ni menos.