Tras las comparecencias de ayer una duda rondó a propios y extraños, ¿estaban en el Congreso o era un capítulo más de La Isla de la Fantasía

La pregunta viene a cuento porque primero el diputado Toño López intentó hacer una analogía entre el Bienestar y Spider-man. El resultado fue catastrófico. Ahí están las redes que simplemente no perdonaron el yerro de un diputado que se supone debe exigir cuentas.  

Bien haría el suspirante en tratar de dejar los cómics para acercarse a la vida real y aterrizar. Los pendientes en su distrito (que incluyen el sur de la Capital) son muchos y ni hablar del rezago legislativo que se acumula.  

Pero el oso del petista no fue el único desliz del día.  

Dos de los secretarios que acudieron a rendir cuentas terminaron aprovechando los reflectores, las cámaras y los micrófonos del Congreso para decirnos que sí, que siempre sí quieren ser candidatos a la gubernatura en 2024.  

El secretario del Trabajo, Gabriel Biestro, dijo lo que ya sabíamos, que sí está interesado en hacerse de la candidatura de Morena. Habrá que ver si las canicas le alcanzan esta vez y si la encuesta, esa que tanto hemos cuestionado en este espacio, le favorece.  

Alguien que también sintió que era el lugar correcto para destapar sus aspiraciones políticas fue la secretaria de Bienestar, quien después de decirnos que durante su gestión y hasta que termine el actual gobierno, Eloxochitlán se mantendrá como el municipio más pobre, reconoció que sí sueña con hacerse de la candidatura a la gubernatura en 2024.  

Y aunque usted piense que este es un disparate, le comento que para Lizeth Sánchez García y los ediles que ayer la acompañaron, no lo parece tanto.  

Quizá el vuelco que ha dado el tema de la Ley Nahle en Veracruz y el aumento de las posibilidades para que Morena tenga -por ley- que colocar a una mujer en la boleta a la gubernatura de Puebla, sean las circunstancias que alimentan los sueños de la responsable del Bienestar de los poblanos.  

En fin, que mientras la danza de las cifras se presentaba en las comisiones y el Pleno del Congreso, hubo quienes en el patio de la 5 Poniente sólo gritaban: el avión, el avión.