El caso de Zapotitlán de Méndez está lejos de cerrarse. Tanto en la Fiscalía General del Estado como en la oficina del gobernador se han recibido oficios en donde se exige que la investigación contra el presidente municipal, Emiliano Vázquez Bonilla, avance y se esclarezca.  

En estos momentos el tema parece centrarse entre la existencia o no de los casquillos en la primaria Juan N. Méndez.  

Pobladores han asegurado que estas pruebas serán difíciles de obtener porque minutos después de que el alcalde hubiera lanzado los disparos desde su casa -que colinda con la primaria- algunas personas habrían ido a recoger la evidencia.  

De ser cierta esta versión estaríamos frente a la alteración de una escena: con dolo, con mucha claridad de los alcances legales y el deseo de encubrir el acto.  

Aunque serán las autoridades quienes confirmen si existieron o no los disparos, si los vidrios rotos fueron a consecuencia de esos balazos y si el tirador fue el presidente municipal, por el momento la población está muy molesta y eso es un foco rojo que no podemos dejar de observar.  

Las protestas de padres de familia, pobladores y de los niños no han bastado para que el Congreso actúe y al menos, separe al alcalde de su cargo mientras se realizan las investigaciones, quizá porque están respetando la presunción de inocencia de Emiliano Vázquez Bonilla o tal vez porque los impactos de arma no fueron en los colegios donde estudian sus hijos.  

Otra opción para garantizar una investigación más pulcra sería que el propio alcalde solicitara, como lo hizo en marzo de 2021, licencia por unos días, en lo que la FGE deslinda responsabilidades.  

¿Es mucho pedir?

Nota bene

El embrollo en el que hoy está metido el edil de Zapotitlán de Méndez es una más de las Consecuencias, a decir de los pobladores, del consumo desmedido de alcohol, sin embargo, no se trataría de la primera ocasión en que una borrachera le cause problemas.  

Diversas notas periodísticas dan cuenta de la detención de Emiliano Vázquez Bonilla, en agosto de 2020, en Caxhuacan. En esa ocasión, la policía municipal tuvo que aprehenderlo tras los disturbios que realizó en la vía pública -aparentemente- también en estado de ebriedad.