Un pétalo más fue deshojado de la margarita y una vez más, el alcalde de Puebla, Eduardo Rivera, ha dicho que sí, aunque segundos después ha matizado su respuesta.  

Nadie tiene duda, hace meses, incluso años, que Rivera Pérez se ve como el activo más fuerte de Acción Nacional y hasta de la posible coalición con el PRI y el PRD

Lalo ha dicho que estará donde su partido lo coloque y el partido se ha definido. Lo hizo desde meses atrás, pero lo dejó al desnudo este fin de semana con la reunión de estructuras y claro con los mensajes de apoyo y respaldo que ha realizado el propio presidente nacional del PAN, Marko Cortés

Así las cosas, la duda ya no es si Lalo estará o no en las boletas, la inquietud ahora será cuál es su proyecto de gobierno, cuáles serán sus compromisos y claro, cuáles de estas acciones han implementado en la ciudad y cuáles han funcionado.  

Veamos.  

De entrada, podemos pensar que el panista se preocupará por sumar un número determinado de pavimentaciones, sean calles, carreteras o avenidas, siempre teniendo un parámetro de cuánto debe medir cada calle. En otras palabras, puede ofrecer que pavimentará 5 mil calles, pero recuerde que en las letras chiquitas se especificará que se pavimentará lo equivalente a lo que deberían medir esas calles.  

El tema de la seguridad será algo que no podrá ni deberá evadir. Y al respecto, los índices -aunque mucho más lentos de lo que uno desearía- juegan a su favor.  

Programas como la recuperación de espacios públicos o la entrega de créditos a mujeres podrían replicarse en el interior del estado, en donde sin duda las plazas públicas y el empoderamiento de las mujeres es más que necesario. Aunque creo que es poco rentable, electoralmente hablando.  

A juzgar por sus dos gobiernos en la capital, las concesiones sí estarían presentes en caso de que llegue al gobierno del Estado; también los préstamos, aunque ahora los llamen adelantos.   

Una cosa más que podría mantenerse es la llamada mañanera, ya que es partidario de realizar sus actividades públicas antes de las ocho de la mañana.  

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Una Consecuencia del autodestape-no destape realizado ayer será que los contrincantes comenzarán la guerra. Lo harán los de Morena, quienes serían sus antagónicos naturales, también los que piensen que si van en alianza el PAN deberá cederles espacios e incluso quienes apuesten por los golpes bajos y el fuego amigo.  

Con esta radiografía uno podría preguntarse si Eduardo Rivera es la persona ideal para sacar a Morena de Casa Aguayo, gobernar Puebla por seis años y “corregir el rumbo”.  

Quizá sí, quizá no, eso, como bien dijo el alcalde, habrán de responderlo las y los poblanos en la próxima elección.