La reunión entre el gobernador Sergio Salomón y Claudia Rivera Vivanco, es una muestra de que ahora las puertas están abiertas para todos.

Aunque las riveristas quieran aprovechar las fotos para promocionarse y afirmar que están cerca de acuerdos para que logre ser la candidata a gobernadora, la realidad está muy alejada de eso.

Desde que llegó Sergio Salomón, se habló que se trataba de una persona que reconcilia y no pelea; que habla y no agrede; alguien que escucha y da oportunidad a todos.

Y esto lo ha demostrado cada día abriendo sus oficinas para entablar pláticas con quienes antes era impensable que entraran a Casa Aguayo o al Centro Integral de Servicios (CIS), como es el caso de Claudia Rivera o hasta del diputado Ignacio Mier.

Pero queda claro que no es para hacer acuerdos, ni a la luz, ni en lo oscurito, para quienes ya se están frotando las manos.

Todo abona en estos tiempos difíciles políticos y sociales en Puebla.

Así de simple.

Soapap en un mundo raro

En medio de protestas no pudieron llegar al Congreso del Estado a presentar sus cifras alegres, el director del Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla (Soapap), Gustavo Gaytan y el director de la empresa concesionaria, Agua de Puebla para Todos, Héctor Durán.

Al parecer, viven en un mundo aparte del de la realidad cotidiana de miles de poblanos.

En un mundo raro.

Ante los diputados locales, solo es dar cifras.

Pero la reunión se tuvo que aplazar al darse un golpe de realidad con la protesta que se encontraron en la calle.

Temían jitomatazos, dicen.

Activistas, colectivos y decenas de vecinos, protestaron frente a las instalaciones del Poder Legislativo.

Y al funcionario y directivo les dio frío ir.

Por eso los diputados locales aplazaron la mesa de trabajo en la que le pedirían cuentas ante las múltiples quejas por el pésimo servicio de la empresa privada perteneciente a Concesiones Integrales.

Gustavo Gaytán prefirió encerrarse en su oficina, en ese mundo raro.

Y es que ha hecho buena mancuerna con los empresarios, pero a favor del negocio y no de los poblanos.

Y si se quiere una prueba, afirmaron los quejosos, si Soapap cumpliera con su trabajo evitarían los cientos o hasta miles de cortes arbitrarios e ilegales que ha hecho Agua de Puebla, así como los cobros exorbitantes e infundados.

Por ejemplo, 200 colonias carecen del líquido y no hay saneamiento de las aguas residuales, aunque eso sí, se cobra.

Las inversiones son pocas a decir de los activistas.

Por ejemplo, Agua de Puebla jamás se acercó a la zona de la 10 y 12 Poniente en el Centro Histórico, hasta que el ayuntamiento emprendió el plan de recuperación.

Sino todo sería igual.

Ya se verá cuánto tiempo siguen a piedra y lodo en las oficinas sin rendir cuentas.

Tiempo al tiempo.