Ayer un evento de entrega de apoyos levantó la ceja de más de un poblano: ¿Se trataba de un evento de gobierno o de uno partidista?, ¿Se estaban apuntalando las ilusiones electorales de tres personajes con cajas de leche o simplemente se cumplía con un programa social?

Inevitablemente estas dudas y otros señalamientos continuarán asomándose y cada vez con más fuerza. Es la consecuencia de las muy adelantadas campañas que hemos vivido desde el inicio de este año.

Los autodestapes, las bardas, las encuestas telefónicas y muchas otras acciones propias de las campañas electorales que se han realizado con total impunidad y de manera burda; han generado que los límites entre las acciones que son propias de la gobernanza y las electorales sean borrosos.

Además de la cínica burla a la ley electoral, el adelanto en los tiempos electorales también generará un desgaste interesante entre quienes sueñan con aparecer en las boletas.

¿Cuántos de los aspirantes actuales podrán llegar sin un escándalo o señalamiento hasta septiembre?

Veremos y diremos.

La aduana 3 de 3

De aquel viernes negro, en donde los senadores lograron sacar una veintena de iniciativas en tiempo record, una ley ha sido promulgada. La llamada Ley 3 de 3 será aplicable para la selección de candidatos de este año, es decir, para quienes buscan un espacio en las elecciones de 2024.

Partidos y coaliciones deberán poner especial atención para que deudores alimentarios y violentadores no estén entre sus listas de candidatos, pues en teoría, el INE podrá rechazar las candidaturas de quienes se encuentren en estos supuestos.

Aunque pareciera sólo un requisito más, la Ley 3 de 3 podría convertirse en una verdadera aduana.

En Puebla hemos conocido más de un caso en donde se “caen” las candidaturas por adeudar cuotas partidistas, imagine ahora la cantidad de suspirantes que esta noche estarán haciendo cuentas para ponerse a mano y evitar caer en el padrón de deudores alimentarios.

Otros tantos estarán buscando los recovecos de la ley para salir o evadir la sentencia como violentador o violentadora, por aquello de la igualdad.

En términos generales, la Ley 3 de 3 tiene muy buenas intenciones y busca que quienes nos gobiernen o representen sean “buenas personas”. Confiemos en que realmente se logre el objetivo.

INAI, la guerra silenciosa

En la ofensiva por mantener la transparencia, el INAI se anotó una nueva victoria.

Una jueza federal ordenó al Senado que en los próximos tres días se cite a un periodo extraordinario con un fin: seleccionar a un comisionado para el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).

El anuncio no es menor, se trata de quitar el freno de mano a la transparencia del país. El nombramiento de un comisionado garantizaría al INAI contar con el quórum necesario para sesionar en el Pleno.

Ahora falta ver con cuál burda estrategia AMLO continúa impidiendo el trabajo libre de quienes velan por el derecho a la información y el cuidado de los datos personales.