Donde nomás no se deja de destapar la pinche cloaca es en las meras entrañas de la Secretaría de Educación Pública camotera.

Me cae de madre, banda, que nomás con echarse un clavadito basta pa’ darse color de las cochinadas que se permitieron en la dependencia durante la época del flamante Melitón.

Así como lo leen, mis valedores.

Todo esto que les cuento es porque resulta que la secretaría donde se supone que se construye el presente y futuro de nuestros chamacos, no ha dejado de venadear la serie de irregularidades que se habrían cometido en la designación de plazas pa’ varios profes.

Pos cómo no, si ante las mendigas inconsistencias que se habrían topado en la repartidera de plazas, súmenle la falta de cumplimiento con los requisitos pa’ agenciárselas. Y de paso, mis culebras, los mentados beneficiados tampoco la habrían cumplido machín con lo establecido en términos de antigüedad como maistros, y menos con los chingaos perfiles académicos.

Como quien dice, verdaderos oportunistas y aprovechados estarían disfrutando de las mieles de las famosas plazas “Tipo C” que, aquí entre nos, son de las más jugosas por la cantidad de lanas que se mueven entre investigadores.

Es más, pos a ojo de buen cubero, se antoja que estas chambas son de las más perseguidas entre quienes saben lo que se están jugando, y el varo que hay detrás de estas asignaciones.

Por eso mismo, no es de extrañar que la nueva jefa en la SEP, Isabel Merlo Talavera, ya sume más de 70 denuncias penales interpuestas, ante la mismísima Fiscalía camotera, pos a la de a Wilbur habrá gandallas que tendrán que responder ante Doña Justicia.

Si por lo delicado del bisne, digo de la designación de chambas, también está en juego la trayectoria de los maestros que a la buena y quemándose las pestañas debieran haberse ganado los nombramientos.

Y es que pa’ darse una idea, mis carnales, serían varios cientos de plazas las que estarían “en la mira” de la SEP por no haber sido entregadas con todos los requisitos que marca la dependencia.

De ese tamaño el lodazal que se fue amontonando en el pasado, y sirviendo quién sabe pa’ qué oscuros intereses.

O qué, mis valedores, ¿a poco nos vamos a creer el cuento que por arte de magia y la buena voluntad, la entrega irregular de jugosas plazas fue un milagrito?

Como decía mi Tía Lucha “piensa mal y acertarás”. Y Acajete, a chingo de kilómetros se ve que los beneficios fueron pa' aventar y no estaríamos hablando de unos cuantos morlacos, sino de verdaderas cifras mayores.

Su héroe de barrio, como siempre, andará pilas en cómo se dan las investigaciones de la Fiscalía, pos no descarten, que el cochinero termine apuntando a lo más vil de presuntos desvíos de lana.

Ahí se las dejo al costo.