Tremendo infierno el que están por vivir de nuez los voceadores de esta Puebla cemitera, luego que se viene una nueva gandallez en su contra por órdenes del titular de Gobernación Municipal, Jorge Cruz Lepe.

Así como lo leen, mis valedores, y es que apenitas unas semanas duraron los pinches acuerdos con todos los chambeadores, pa’ que de buenas a primeras terminara por traicionarlos, como acostumbra.

Pos cómo no, si a la primera de cambio ya soltó la ponzoña pa’ dejarles la advertencia que no tardará en lanzar a las calles a su bola de trogloditas, pa’ seguir retirando a diestra y siniestra más casetas.

Y es que como todo un gandul, no ha dejado de presumir que lleva cuentas de 22 casetas que se han echado al hoyo, a pesar de que por órdenes del Charlie Hall, no serían quitadas de las calles, a menos que hubiera acuerdos con los carnales del tabloide.

Es más, toda su palabrería nomás exhibe cómo acostumbra romper los pactos de la forma más comodina, y apenitas sus promesas se enfrían, como quien dice, esperando que se las lleve el viento.

Lo malo pa’ su causa, es que los chambeadores del diario a la de a Wilbur que tienen memoria y no duden, mis culebras, en que volverán a recordarle el honor y los compromisos cuando se empeña la palabra.

Así que mientras el Jorgito presume sus “logros” contra el gremio, también ya le fue echando el ojo a otro tanto de casetas que, según se la pasa chiflando, están inservibles, desocupadas o que nomás estorban el paso en la calle.

Y es que la Netflix, ¿quién le va a creer de nuez sus dichos, luego de arremeter contra varias compas voceadoras y quitar del Centro Histórico sus casetas?

O qué, banda, ¿seguirá parejita la promesa de regresar las casetas cuando acabe la rehabilitación de calles, en el Centro Histórico cemitero?

A estas alturas, los dichos del Jorgito no valen una chingada, y menos si cada que se le antoja se los pasa por “el arco del triunfo”, sin importar a quien se lleve entre las patas.

Por lo mientras, hasta más de 25 casetas están en la mira de la Segom pa’ ser quitadas a la mala, pos ya parece que los mismísimos chingones del tabloide van a estar de acuerdo en sus caprichos.

¿Qué tendrá el Jorgito contra los voceadores y su gremio, que de “a tiro por viaje” no los suelta, y nomás aprovecha cualquier oportunidad pa’ pa’ tratar de dejarlos en la lona?

Pos la Netflix, hasta parece que no hay más explicación que una simple y cobarde venganza, pos tanto embate contra ellos ya se ve sospechoso.

Es más, ¿por qué no apretar así a los ambulantes, a los traficantes de chupe en los mercados, los viene viene o todos los chanchullos que se mueven en los tianguis?

El miedo no anda en burro.

Ahí se las dejo al costo.