El Juli fue un fenómeno social. Su carisma infantil conquistó México. Recuerdo un grito en la Plaza México que sintetizaba el cariño que se le tenía: "Juli, hermano, ya eres mexicano".
Me viene a la mente uno de sus grandes triunfos en la capital, supongo que fue aquel 5 de febrero del 2002 cuando le cortó los máximos trofeos a "Rey de Oro" de Reyes Huerta. El público se tiró al ruedo para llevarlo a hombros.
Muchos corrimos a los pasillos de la plaza a verlo salir en volandas y gritarle “¡Torero! ¡Torero!". Abriéndose paso entre la muchedumbre, brincando para ver a su ídolo, en medio del gentío, alcancé a ver a Silvia Pinal.
Y es que nadie se resistía al encanto del joven torero. Artistas, políticos, intelectuales, gente de la farándula, además del gran público, seguían sus hazañas.
Cuando anunció su retiro, el matador valenciano Román escribió en su cuenta de Twitter: "Yo no quería ser torero, quería ser El Juli". Muchos otros replicaron el comentario afirmando que su afición a los toros había iniciado junto con el prodigio de El Juli.
Horas antes de leer la noticia sobre Julián López, asistí a una comida en el cortijo "Los Fernández" para dialogar con Isaac Fonseca. Carlos Fernández había convocado a un pequeño grupo de aficionados tapatíos para que intercambiaran puntos de vista con la joven promesa michoacana.
Fonseca aprovechó que tuvo que regresar a nuestro país para resolver asuntos migratorios, para hacer una gira por distintas ciudades taurinas y reunirse con miembros de la prensa, aficionados y escuelas taurinas. "¿Es parte de una estrategia de relaciones públicas?", le pregunté a Jacobo Hernández. "Queremos estar cerca de los aficionados. Nos retroalimentan. Aprendemos mucho de ustedes", me respondió con sinceridad el apoderado del triunfador de la Copa Chenel.
Isaac Fonseca es simpático. Ágil en sus comentarios. Respetuoso. Sencillo. Tiene ángel. Agradeció cada una de las intervenciones de los aficionados, sin importar que fueran críticas a su toreo, elogios por sus triunfos en España o recomendaciones para el futuro. Uno de los aficionados le dijo que el toreo debería acercarse a la sociedad.
Hizo referencia a la época de Manolete, le recordó que entonces los toreros interactuaban con intelectuales y políticos, pero que también estaban cercanos al público. "Necesitamos que los toreros vuelvan a estar presentes como personajes importantes de la sociedad", remató.
Otro de los comensales complementó: "Hoy los toreros se esconden. No es solo que los medios de comunicación tradicionales se han alejado de la fiesta brava, sino que los matadores se aíslan". Tanto Isaac Fonseca como Jacobo Hernández escuchaban atentos.
Eso es lo que están intentando hacer: interactuar cara a cara con distintos actores relacionados con la tauromaquia. Quisieran hacerlo con otros sectores no tan vinculados a la fiesta, pero reconocen que les ha costado trabajo porque hoy los toros no tienen buena prensa.
"El torero, animal político" escribió Manuel Vidal. José Luis González Fernández de la Universidad Complutense de Madrid, afirma que los toros y la política son dos elementos indisociables.
Se referían no solo a las acciones que tienen relación con el gobierno, sino a las actividades que intervienen en los asuntos públicos. González Fernández lo ilustra con dos figuras del siglo XX: "Si Manolete había representado los avatares de una economía autárquica y una sociedad a la fuerza apolítica, El Cordobés demostraba ahora que un humilde joven de provincias podía, con sangre, sudor y lágrimas, ascender hasta el último peldaño del escalafón socioeconómico".
Isaac Fonseca y su equipo han entendido que para trascender no es suficiente triunfar en el ruedo. Hay que hacer algo más. El ídolo popular interviene e influye en los asuntos públicos. Se vuelve un actor relevante en la sociedad.
Así lo hizo Julián López "El Juli" cuando de niño conquistó a los mexicanos y provocó que mucha gente, hasta entonces no taurinos, se involucraran y hasta se aficionaran a las corridas de toros. Esperamos que Fonseca tome esa estafeta vacante en México desde hace muchos años.