Falta de medicamentos, elevadores mortales, carencia de especialistas, citas médicas que tardan meses, saturación hospitalaria y cambios en estudios y laboratorios, son sólo algunas de las muchas penurias que viven a diario los derechohabientes del IMSS.

Este tétrico escenario es el que hoy presumió la federación, que en nada se parece al sistema de salud de Dinamarca y el que ofrecerá a un importante número de poblanos, que carecen de seguridad social, bajo el esquema IMSS- Bienestar.

Si ya con la cantidad actual de derechohabientes, las consultas en psicología, por ejemplo, llegan a tardar entre tres y seis meses, imagine usted cuánto tiempo pasará para que un paciente pueda ser atendido, ahora que se “duplique” el número de solicitantes.

Después de que Coneval reveló que el acceso a los servicios médicos es una de las carencias que padece más de la mitad de la población del país, es de esperar que las filas en farmacia se dupliquen, con una agravante más.

Desde que inició el mes, algunos medicamentos como el Losartán, utilizado para controlar la hipertensión, fueron sacados de circulación. Reportes en redes sociales señalan que además hay carencia de insulina, bezafibrato y pravastatin, también auxiliares en enfermedades crónicas.

En Puebla, no hay gotas de cromoglicato de sodio, también desde el inicio de mes y cada vez es más común ver a personas que han dado dos, tres o cuatro vueltas con sus recetas, con el sello: “Negativa del Almacén”.

Para tapar las mentiras que salen desde Palacio Nacional, los médicos ya no pueden colocar en las recetas -desde el sistema- los medicamentos ausentes, de esa manera se evita que en las farmacias del IMSS se coloque el sello de “desabasto” y se obliga a los médicos a darles “sustitutos”, con la advertencia: veremos cómo le sienta.

La mentira es también solapada en redes sociales. El área de atención a los derechohabientes da seguimiento a las quejas, promete que los medicamentos solicitados estarán en las clínicas y cuando los pacientes llegan, les cambian las recetas por los nuevos fármacos.

Así, de esa manera tan cínica, sostienen con alfileres la mentira de Andrés Manuel y Zoé Robledo, de que existe un abasto del 97% de medicamentos.

El tiempo todo lo cura

Solicitar una cita con un especialista como gastroenterólogo, psicólogo, cardiólogo o audiólogo, es sinónimo de esperar meses, tres en el mejor de los casos, seis en el promedio.

El problema radica en la falta de especialistas. A través de transparencia, el IMSS confirmó a esta casa editorial que en las clínicas del país donde existe el área de psicología (no hay en todas), sólo se cuenta con un profesional para atender a todos los solicitantes de esa unidad médica.

Sobre los laboratorios, hace un par de meses la clínica 57 La Margarita, presentó una crisis, pues “cambiaron de proveedor” y durante casi un mes fue imposible realizar estudios tan básicos como el de orina o química sanguínea. Actualmente se realizan, con la salvedad de que las urgencias deben esperar hasta 24 horas para conocer los resultados porque todas las muestras son trasladadas a la Ciudad de México.

En muchos de los médicos, doctoras, enfermeros y auxiliares que prestan sus servicios en el IMSS se nota la preocupación por las carencias con las que trabajan, por las largas esperas o por la carencia de estudios o espacios para atender a los enfermos, pero la realidad es que están rebasados.

Una vez más, López Obrador incumplió su palabra y en este caso, son vidas humanas las que están en juego.

Ni más ni menos.