Tremendo perro oso firmó la taparrosca, digo, la corcholata morenista, Adán Augusto López en su gira por esta Puebla camotera buscando a toda costa medio levantar en sus sueños guajiros de llegar a las mazmorras de Palacio Nacional.
El remedo del “Loco de Macuspana” no deja de sorprender a propios y extraños, cuando se trata de aburrir y cansar macizo a cuanto varil tiene la desgracia de topárselo de frente.
Así como lo leen, mis valedores, sí, en esta “gira del adiós” el Adán Augusto volvió a aplicar la cansada en cuanto mitin se chutó desde Cuautlancingo, Palmar de Bravo y las entrañas de Tehuacán.
Cómo no, si pa’ muina de quienes no les quedó de otra que echarse su verborrea insípida, palabrería de cuarta —transformación— y discurso rancio, el chou del Adán Augusto es más que insufrible.
Y ahí no queda la cosa, mis culebras, pos la Netflix, aquí entre nos, ¿quién en su sano juicio es capaz de echarse al pozo de a grapas, cortesía de las arengas del Adán?
A la de a Wilbur, nadie, y mucho menos si la banda es llevada, transportada u orientada, pa’ hacer montón y, de paso, hacerle creer que deveras tiene chances de ganar la contienda interna morenista.
Nel, banda, y si no, ¿a poco van a seguir negando que el Adán Augusto no levanta ni a punta de “mulazos”, menos cacareando a los cuatro vientos que es más obradorista que el mismísimo AMLOrd?
Es más, así merito terminó por pasarle a los carnales de Cuautlancingo, que aplicaron la de “patitas pa’ qué las quiero” y en pleno discurso agarraron parejo el camino y lo dejaron vestido y alborotado.
Como quien dice, no aguantaron ni tantito el martirio de soplarse el choro mareador y los ataques incendiarios contra la Suprema Corte y el Poder Judicial.
Y es que nomás soltó metralla y la banda no supo ni cómo hacerse sombra, mientras su coro de focas aplaudía echaba gritos pa’ adularlo y no se dieran cuenta que se pelaban en chinga.
Por cierto, banda, ¿quién y quiénes se habrán aprovechado del pueblo humilde pa’ llevarlos a tan penosos eventuchos?
Sí, esos meros.
Oposición y el tiempo contado
Con la novedad, que bien valdría a las dirigencias cemiteras del PRI y del PAN, no echar por tierra las intenciones de voto que circulan como Chilitos en Nogada, mis valedores.
Y es que la excusa zalamera de que “el que paga manda” tampoco los deja bien parados, y menos con el tiempo contado pal’ 2024.
La Netflix, más allá de hacer como que “nada pasa” ya urge que se pongan al tiro y saquen la uñas como verdadera oposición, pos hasta en la guerra los números cuentan.
Ahí se las dejo al costo.