Bien decía mi Tía Lucha que “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. Así merengues le estaría pasando al Golden Boy petista, Antonio López Ruiz, quien ya soltó las amarras y dejó que el ego se le fuera a las nubes, con tal de figurar en el 2024.

Muy a su estilo de diputado fifí (y como el exmorenovallista que es) buscando reflectores a lo macizo, el Toño volvió a las andadas pa’ insistir que van en serio sus sueños de querer ser presidencio municipal de esta Puebla camotera.

Y es que luego, luego, como quien dice, de botepronto, mis valedores, caen las preguntas obvias, ¿quién es el Toño López como pa’ tener la baraja corrida y llegar al Charlie Hall?

Es más, ¿siquiera le alcanza el nombre pa’ darse un tirito de medio pelo en las entrañas de la mentada 4T?

Si de entrada una cosa es cierta, mis culebras, tanto la casona de El Alto como el Charlie Hall, son las verdaderas joyas de la corona.

Con tanto en juego pal’ 2024, la Netflix se antoja del nabo que Morena suelte prenda a lo varil, así como pa’ dejar en manos de sus alfombras candidaturas de oro puro.

¿Qué tiene que ofrecer el Toño así como pa’ que lo poblanos lo vean como opción de gobierno, como mandamás municipal?

Si de por medio están los próximos tres años, y nomás por eso el perfil ganón tendría que llevar mano desde las más altas cúpulas morenistas, mis carnales.

Con todo eso, ¿de qué servirá que el Toño pida licencia en el Congreso local y se dedique a venadear la candidatura?

Y es que mi chismoso morenista ya rajó canela que desde las entrañas del partido no ven al Toño como un verdadero cuadro que atraiga votos rumbo al 2024, y nomás busca quedar bien con todos, menos con las bases.

¿Será que por su padrinazo, el cual luego su héroe de barrio le dirá quién es, le caerá la Navidad antes de diciembre?

Suenan tambores en Tlacotepec

Habrá que tener bien puestos los oclayos en el municipio de Tlacotepec, luego que agricultores de la zona han denunciado a lo macizo que diversos aviones rocían nubes, pa’ que no llueva.

Los chambeadores no se han cansado de señalar que la falta de lluvia, le ha puesto en la máuser a las cosechas y la producción en la zona.

Y estas chicanadas los tendrían en jaque, a tal grado que luego de reclamarle al presidencio municipal, Pedro Flores Valerio, dejó plantados a los inconformes, poniéndolos bien enchilados.

Como era de esperarse, banda, los valedores apretaron las tuercas y se apostaron en el ayuntamiento. Como quien dice, tomaron la alcaldía pa’ presionar al edil.

No vaya a ser que por el desdén del edil vengan nuevos aires de ingobernabilidad.

Avisados están.