La salida de Amanda Gómez de la Auditoría Superior era cuestión de tiempo. El último clavo de su ataúd fue la falta de respuestas concretas durante la pasada comparecencia ante los diputados. Excusarse de revisar las cuentas públicas barbosistas la hacía un perfil no idóneo como titular de la ASE.
De Amanda se podrá recordar su extravagancia al llegar al Congreso en camioneta de lujo, con escoltas y hasta el cierre de calles, sin embargo, lo que más nos afectará a los poblanos son los boquetes financieros que se generaron en el gobierno de Miguel Barbosa y de los cuales, contrario a lo que protestó Amanda, no denunció.
La renuncia que se le aceptó, sólo después de 17 meses de su nombramiento, es el inicio de una madeja. Será necesario que a través de las llamadas auditorías forenses se revisen las cuentas públicas que se aprobaron bajo su firma, ¿Se encontrarán más anomalías como las de Accendo Banco y el adeudo con la SHCP?
Independientemente de que Amanda Gómez Nava haya conseguido que su renuncia fuera aprobada, las investigaciones sobre el trabajo que realizó -y sus omisiones- serán materia para continuar con la revisión de cuentas que permita evaluar si hay un daño patrimonial y de qué tamaño realmente es el boquete financiero.
Así, el tema de Amanda Gómez no ha sido cerrado y en los próximos días, ya con el nuevo encargado del despacho, Francisco Fidel Teomitzi, habremos de conocer los detalles del proceso de entrega – recepción.
¿Qué tan pulcras habrán sido las revisiones, cuántas auditorías tienen enormes asteriscos y cuántos ejercicios fiscales se aprobaron sin cuadrar?
Veremos y diremos.
Corcholatas, todas a sufrir
Este fin de semana será un eterno calvario para las y los aspirantes a Coordinador en el estado de Puebla. Serán las horas previas a que conozcamos tres datos: ¿Quién resultó mejor evaluado en las famosas encuestas?, ¿Qué género designará Morena para la entidad? y finalmente, ¿Quién es el o la beneficiada del dedazo divino?
La novela de Morena, a la que le han cambiado el guion un par de veces, tendrá capítulos extra. El lunes por la tarde-noche comenzaremos a escuchar las ruedas de prensa de cada una de las nueve entidades donde se renovará el Poder Ejecutivo.
Se presentarán pues a los “falsos ganadores” y digo falsos, porque Mario Delgado ya nos advirtió que habrá hombres que hayan ganado la encuesta en su estado, pero que no sean los elegidos por el inquilino de Palacio Nacional.
Será después de las nueve ruedas de prensa, cuando en el penúltimo capítulo se nos diga cuáles serán los cinco estados donde Morena postulará a mujeres.
Inmediatamente después tendremos, ahora sí, el final, final. La dirigencia nacional de Morena nos contará quién fue la persona que logró ganarse la confianza de AMLO para quedarse como Coordinador de los Comités de la Defensa de la Cuarta Transformación en el estado de Puebla, el eufemismo para decir: candidato(a) de Morena.
¡Vaya por las palomitas!
Otros datos de movilidad
Tras el perro oso de la diputada Guadalupe Leal, que repitió que el tren ligero entre Puebla y Tlaxcala transportaría 400 mil personas por hora, me dí a la tarea de revisar más números.
Sígame en el viaje.
Un dato que chequé es que en un vagón de 18 metros caben 200 personas.
Pensando que salga cada media hora, cada tren tendría que mover a 100 mil personas de ida y 100 mil más, de regreso. Es decir que se necesitaría un tren de 500 vagones.
Eso implicaría que mediría 9 kilómetros de longitud, más las locomotoras correspondientes.
Si la distancia entre Puebla y Tlaxcala es de 40 kilómetros, una cuarta parte sería cubierta por la longitud del súper tren.
Así que más allá de la población de ambos estados que hacen ridículas las métricas de pasajeros, los números de operación vuelven, a todos quienes busquen justificarlos, en personas que alcanzan niveles de auténtica estupidez.
Ni más, ni menos.