El 20 de noviembre de 1923, se inauguró en la Hacienda de Chapingo, Estado de México, la nueva Escuela Nacional de Agricultura (ENA) que había sido creada en San Jacinto, Distrito Federal como Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria en 1854.
En 1976, se promulgó la ley que extinguió la ENA y creó la Universidad Autónoma Chapingo (UACH), cuyo estatuto fue aprobado en 1978. Para celebrar estos 100 años del traslado de la ENA a Chapingo, el rector, Ángel Garduño García, convocó a los exrectores que desde 1978 hemos tenido este máximo honor de dirigir a la UACH, a un conversatorio que resultó ser un extraordinario ejercicio propositivo y autocrítico.
Ingresé a la preparatoria agrícola de la ENA en 1975, siendo la generación más numerosa de la historia con 1 mil 350 alumnos. Fue una iniciativa impulsada por el Ing. Aquiles Córdova Morán para que más hijos de campesinos tuvieran oportunidades de estudio.
Estudié en Chapingo porque mi vocación coincidió con la oportunidad de contar con una beca externa. Si no existiera Chapingo, no habría tenido oportunidad de ser universitario.
Cuando llegamos a Chapingo, nos preguntaron para que habíamos venido a estudiar. Mi respuesta y la de la mayoría de mis compañeros fue “para regresar a nuestras comunidades a ayudar a los campesinos a salir adelante”.
Primer incumplimiento, porque no nos prepararon para eso. Los destinos laborales no estuvieron en nuestros pueblos. Muy pocos tuvimos esa oportunidad de regresar y hacer algo. Yo lo pude hacer hasta 9 años después de egresar.
Regresé a Tehuitzingo en 1991 a impulsar la siembra de praderas para mejorar la alimentación y productividad del ganado. Eso me permitió llegar con el gobernador Manuel Bartlett Díaz y presentar un Programa Regional de Praderas y Represas para el Desarrollo de la Mixteca Poblana.
Más adelante, en 2017 tuve la oportunidad desde la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), de apoyar el entubamiento de la presa Boqueroncitos, en Tehuitzingo, para la tecnificación del riego en lugar de la conducción tradicional por canales.
En mi desarrollo profesional por Puebla, he tenido la oportunidad de impulsar proyectos de desarrollo regional e innovación agroalimentaria entre los cuales destacan: Proyecto regional de cultivo y procesamiento del bambú; desarrollo regional del agave mezcalero; cultivo de la pitahaya en la mixteca poblana; cultivo de árboles de navidad y plantaciones forestales de cedro rojo y caoba.
La cooperación técnica internacional con China, Chile, Cuba y España han sido fundamentales para muchos de estos logros.
Asimismo, la promoción de la agricultura en invernaderos, agricultura de conservación, huertos y granjas familiares y escolares para la seguridad alimentaria y, la captación y aprovechamiento de la lluvia para consumo humano y uso productivo.
Actualmente seguimos impulsando el uso de biofertilizantes contra sequía y el proyecto regional de praderas, inseminación artificial y trasplante de embriones para el desarrollo ganadero de las Mixtecas y la costa del Pacífico Mexicano.
La formación que recibimos en Chapingo fue predominantemente teórica, técnica, fraccionada por áreas agrícolas o especies animales, describiendo todo el proceso productivo, alejada de un enfoque de sistemas agroalimentarios, sin ninguna diferenciación por tipo de productor y muy orientada para trabajar en condiciones favorables respecto a capital, maquinaria, riego, o grandes superficies de buenas tierras.
En la UACH no se prepara a los ingenieros agrónomos para trabajar en condiciones de adversidad: parcelas pequeñas dependientes del temporal, escasa organización, ausencia de servicios técnicos, logísticos, insumos, financiamiento, infraestructura, maquinaria y equipo.
El autoconsumo y los pequeños productores no estaban en los contenidos educativos ni en las actividades de investigación. Y, puedo afirmar que siguen sin estar. Tampoco han estado en las políticas públicas, ni antes ni ahora. Lo más destacado han sido apoyos al ingreso o dotación de fertilizantes.
Había también en nuestra formación en preparatoria una alta carga ideológica hacia el socialismo y en contra del capitalismo. Había una materia en nuestro plan de estudios llamada “Entrenamiento Pedagógico” que se evaluó con un resumen escrito del Manifiesto del Partido Comunista de Vladimir Ilich Lenin.
Los egresados de Chapingo deben tener presente que les espera un México donde la pobreza laboral (salario por abajo del valor de la canasta básica) afecta a 44 millones de mexicanos y la pobreza alimentaria (no pueden comprar la canasta básica) a más de 33 millones de personas, según datos del INEGI 2023.
La realidad nacional enfrenta problemas de falta de agua, sequías recurrentes más intensas, fenómenos meteorológicos más frecuentes, baja productividad agropecuaria y acuícola, pérdida de la pesca ribereña de ríos y mares, importaciones alimentarias crecientes, migración en aumento, además del deterioro de los recursos naturales agua, suelo, fauna y vegetación en niveles preocupantes (continuará).