Todo un maldito cáncer se está volviendo en esta Puebla camotera los casos de pleitos callejeros, bullying y agresiones que a los morritos escolares, sus fantas y hasta bolas de extraños les toca vivir.

En cuestión de meses ya se volvió común y corriente, que estudiantes sean exhibidos en videos reventándose la máuser, apañando a cuanto morro se les antoje y, pa’ no dejar pasar el chance, fleteándose a soplamocos a personal de seguridad.

Nomás por sus pistolas y en caliente, sin importar nada, las consecuencias, las madrinas o si dejen peligrando la vida del carnal que tenga la mala suerte de toparse en su camino.

Es más, banda, nomás pa’ refrescar la memoria, de septiembre pa’ acá serían al menos cuatro casos donde hubo guamazos, estuvieron involucrados alumnos de varios niveles escolares.

Nomás hagamos memoria

En pleno Mes Patrio sucedió la golpiza contra el Neto a los pies de la mentada “Estrella de Puebla”, a manos de universitarios de la Anáhuac.

Ya pa’ noviembre, morritas de una secundaria de Tehuacán sorrajaron a una compañera en un parque público, amenazando que no las echara de cabeza.

Ni qué decir de lo más reciente surtida de maciza que le dio un alumno de la Anáhuac a un valedor de seguridad en Lomas de Angelópolis.

Y la última de las vergüenzas: el mentado zafarrancho que se armó en la zona del Colegio Europeo, allá por Bugambilias, donde acabó en verdadera batalla campal.

La Netflix, ¿no va siendo hora ya de poner al bullying y a los comportamientos agresivos de la chaviza, como un foco rojo?

Conste, no se trata de echar la bolita entre autoridades y los padres de familia, nel, sino de abrir la baraja, prevenir la violencia, orientar a quienes la sufren en carne propia y atender con responsabilidad a quienes piensan que la clase social es un cheque en blanco.

Y es que el zafarrancho debe poner en alerta a propios y extraños pos no sólo involucra a dos chamacos que acordaron darle a las patadas bien macizo.

Nel, también terceras personas, mayores de edad que a lo varil cargaron contra uno de los chamacos, mis valedores, como quien dice, todo un peligro inminente.

A poco, ¿ya se pasó la línea de la prudencia, de la responsabilidad?

Cómo no, si la Netflix es un peligro latente no sólo dejarse llevar por las calenturas de los golpes, también ser parte del problema, solaparlo sin recelo y, de plano, perder de vista que las tragedias pasan en cuestión de minutos.

Si pa’ vergüenzas no se estudia, mis carnales.

Ahí se las dejo al costo.