Antes de que hubiesen transcurrido 3 horas después del sismo del pasado 7 de diciembre, Sergio Salomón Céspedes, gobernador de Puebla, estaba ya terminando la supervisión de afectaciones en San Juan Pilcaya, Chiautla de Tapia, en donde se ubicó el epicentro.

Las recomendaciones básicas de Protección Civil indican la importancia de prevenir y revisar las afectaciones a la vida de las personas, por los efectos de los fenómenos naturales. También la revisión y protección inmediata de sus viviendas, bienes materiales, infraestructura de caminos, sistemas de abasto de agua, energía eléctrica, gas, edificios públicos, presas y canales de riego, y todo aquello que pueda afectar a la población.

Para cuando el presidente de la república se comunicó, el gobernador poblano ya tenía un reporte de lo sucedido y sus acciones. Pocas veces he visto al presidente felicitar y reconocer a un gobernador con fundamentos de trabajo real y verdadero, la mayoría de las veces es solo por cortesía.

Esta es solo una muestra de la atención e importancia que da un gobierno presente y cercano a los ciudadanos. Es una gran muestra de un gobernante que conoce y aplica muy bien la comunicación con los gobernados para encontrar las mejores soluciones, manteniendo así la civilidad y la gobernabilidad, bases fundamentales del desarrollo de la sociedad.

El próximo 14 de diciembre se cumple un año del inicio de la administración estatal, presente y cercana, a la que muchos poblanos reconocemos como un giro de 180 grados con relación a la que nos precedió. Es un gobierno que en un solo año ha hecho mucho más que en los tres años anteriores.

Por ello, se hace necesario recordar que para ser un buen gobernante y hacer un buen gobierno, Firdaus Jhabvala refiere que un líder debe tener seis atributos indispensables: un discurso inteligente, imaginación, inteligencia, buena memoria, conocimiento de la ética y conocimiento de la política.

La política es unión, conciliación y no confrontación. El poder es para servir a la sociedad, para resolver los principales problemas de la gente, facilitar las actividades económicas, proteger el medio ambiente, mover las estadísticas, impulsar el progreso de los pueblos y transformar realidades sociales lacerantes como la pobreza y la desigualdad.

En estos últimos 12 meses, Sergio Salomón Céspedes ha establecido un sello de cercanía y presencia al realizar en forma frecuente visitas a las diferentes regiones y municipios, como la vía más efectiva para conocer la realidad y problemática de nuestro estado. Creó un eficiente puente para escuchar y atender realmente a las personas.

También se ha dejado de confrontar a las organizaciones sociales, productivas y empresariales, para crear lazos de entendimiento y unidad en la atención de las necesidades del estado. Se ha eliminado el “Ellos” y el “Nosotros” del lenguaje diario. Se observa un trato distinto con los medios de comunicación, las iglesias y las organizaciones políticas.

De igual forma, se dio paso al trabajo como base fundamental del liderazgo, se han impulsado obras para beneficio de miles de poblanos, acciones de fomento económico, la integración de clústeres industriales, la segunda ciudad universitaria y un gran impulso al café y al mezcal poblano.

Actualmente vemos a un gobernador que hace muy bien su tarea y que, al margen de ideologías, es un referente para los próximos gobernantes y las nuevas generaciones. Está calificado entre los primeros gobernadores del país y Puebla ya es un estado ubicado por arriba del promedio nacional en atención a conflictos laborales.

Para el último año del gobierno presente hay grandes retos por atender. La sequía que se ha incrementado 29 por ciento en los últimos 23 años y que nos ha afectado ya por cinco años seguidos, es una gran amenaza para los acuíferos y el abasto de agua a los centros de población, a las actividades agrícolas y económicas, a la pesca ribereña, pero principalmente a la convivencia y gobernabilidad del futuro cercano, por sus efectos en la pobreza e inseguridad.

El buen gobierno es aquel que cuida y mantiene la seguridad pública, la convivencia, la civilidad y gobernabilidad de la sociedad. El gran gobierno es el que, además de garantizar la seguridad impulsa la economía y el desarrollo productivo de los gobernados, cambiando los indicadores establecidos. Pero la aspiración superior del ejercicio de gobierno debe ser dejar un legado para la posteridad, un gran legado para las futuras generaciones.

Al término de las responsabilidades públicas podemos tener nuestros propios datos y conclusiones, pero el único juicio válido de una gestión gubernamental lo hace la sociedad y su veredicto es inapelable.

¡Muchas felicidades, Sergio Salomón Céspedes, por este primer informe del gobierno presente!