Justo el día en el que México era evaluado por cuarta ocasión en el Examen Periódico Universal (EPU) del Consejo de derechos humanos de las Naciones Unidas que la ONU realizó el pasado 24 de este mes en Ginebra; en México, la presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) Rosario Piedra comparecía ante la Cámara de Diputados exigiendo reformar la Constitución, para desaparecer a la Comisión Nacional de Derechos Humanos de la que ella es presidenta.
El argumento que sostuvo para esta petición fue que ya no responde “a las necesidades del pueblo” que “ya no cumple la función por la que fue creada.”
El EPU es un examen entre Estados miembros de la ONU con historial de derechos humanos en el que el país examinado debe exponer las medidas que hayan adoptado para aplicar las recomendaciones que en el caso de México se le han formulado en tres evaluaciones anteriores (2009, 2013, 2018) y en el que deben presentar los avances.
En este examen quedó demostrado que México no ha cumplido con las recomendaciones que le han formulado, de las 264 que le hicieron en 2018, ahora acumula 300, aun cuando la delegación del gobierno de México presente, informó de acciones de lucha contra la pobreza y la desigualdad.
Fue documentado que hubo señalamientos sobre la militarización, la política migratoria militarizada, la falta de control y rendición de cuentas de los cuerpos militares.
Bajo el escrutinio internacional también, la desaparición de personas en evidente aumento, la violencia contra periodistas. Todo lo anterior reflejando impactos negativos en la situación de los derechos humanos en México.
La crisis de derechos humanos “lejos de atenuarse, se ha profundizado” y con estos resultados que seguramente la presidenta Rosario Piedra conoce ¿exige que desaparezca la CNDH, porque ya no responde “a las necesidades del pueblo”? Es de locura.
¿A qué pueblo se referirá la presidenta? ¿Qué pensarán las madres y padres de desaparecidos que buscan día a día a sus hijos e hijas y que han tenido incluso que solicitar tregua a la delincuencia organizada para hacerlo? ¿Qué pensarán las personas migrantes que llegan al país como paso para cumplir sus sueños de una vida mejor y son secuestrados, violentados, especialmente las mujeres víctimas de violaciones diversas a sus derechos humanos?
Lo único que hemos observado en este sexenio es que la CNDH ha sido omisa y ha guardado silencio.
Contrario a la exigencia de la presidenta, me parece que quien debe desaparecer de la CNDH es justo su presidenta que ha demostrado un desconocimiento total sobre la protección de derechos humanos, que ha destrozado a la institución y que durante su presidencia la CNDH “no cumple la función por la que fue creado”,